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domingo, 5 de febrero de 2012

Dr. Juan Carlo Amatucci..

Religiones.

Israel

un adelantado 

en reconocer a católicos luego

declarados beatos.

La Shoá suele ser terreno polémico, en especial por el discutido papel del papa Pío XII. 
Por otro lado, son muchos los casos en los que el título de “Justo entre las naciones” llega con anticipación respecto a los tiempos de los procesos canónicos.
Fuente: Vatican Insider.
Por Giorgio Bernardelli.
En la memoria de la Shoá, la cuestión de las causas de beatificación es a menudo citada como un terreno minado en las relaciones entre católicos y judíos: como es sabido, es objeto de grandes discusiones la que respecta a Pío XII. Pero también cuando fue beatificada y más tarde canonizada Edith Stein, la religiosa carmelita de origen judío muerta en Auschwitz no faltaron voces críticas provenientes del mundo judío en nombre de una pretendida "cristianización" del Holocausto.
Mucho menos conocido, sin embargo, es la existencia de numerosos casos en los cuales, al contrario de lo que parece, ha sido precisamente el mundo judío el que ha abierto el camino a algunas causas de beatificación: el título de "Justo entre las naciones" –la honorificencia que el Yad Vashem de Jerusalén confiere a los no judíos que durante el Holocausto arriesgaron incluso su vida para salvar la de algunos judíos –en diversos casos ha llegado incluso antes que la apertura del proceso canónico hacia los altares. Así también este juicio sobre el heroísmo emitido por un organismo oficial del Estado de Israel ha sido incluido dentro del material a disposición de la Congregación romana en la investigación sobre la puesta en práctica de las "virtudes heroicas" por parte de los candidatos a la santidad.
El caso actualmente más interesante que está examinando la Congregación es el de los cónyuges polacos Wiktoria y Józef Ulma, de la diócesis de Przemyśl, muertos mártires junto a sus seis hijos pequeños porque fueron descubiertos por los nazis dando refugio a algunos judíos. Eran una familia de agricultores de la aldea de Markowa, el mayor de los hijos apenas había iniciado a ir al colegio y la señora Wiktoria además estaba embarazada de su séptimo hijo. La noche entre el 22 y el 23 de marzo de 1944 –probablemente avisados por alguien- los alemanes realizaron allí mismo una ejecución brutal: asesinaron inmediatamente a la familia Szall y a las hermanas Golda y Layka Goldman, los judíos a los cuales habían acogido. Pero poco después fue el turno también de toda la familia Ulma, incluidos los hijos más pequeños. En 1995, el Yad Vashem atribuyó a Wiktoria y a Józef el título de Justos entre las naciones. La causa de beatificación, en cambio, inició sólo en el 2003; un año más tarde, con ocasión del 60 aniversario de su muerte, fue inaugurado en Markowa un monumento en su memoria. Cerrada la fase diocesana, el proceso canónico sobre la santidad de los cónyuges Ulma desde el pasado mes de mayo se encuentra en Roma.
Entre los Justos italianos cuya causa de beatificación está en curso el nombre más noto es Giovanni Palatucci, el funcionario de la jefatura de policía de Fiume que como responsable de la Oficina de Extranjeros hizo todo lo posible para salvar a algunos miles de judíos. Descubierto por la Gestapo fue enviado al campo de concentración de Dachau donde murió a la edad de 36 años en 1945. También en este caso el Yad Vashem le reconoció como Justo entre las naciones en 1990, mientras el proceso de beatificación fue abierto en el 2002. El mismo recorrido para Odoardo Focherini, de Carpi: una figura sobresaliente del laicado local, administrador delegado del entonces diario católico de Bolonia "L Avenire d' Italia", padre de siete hijos, que con el apoyo de su mujer María y la colaboración del padre Dante Sala ayudó a una centena de judíos antes de ser arrestado él mismo y deportado: murió de septicemia en el campo de concentración de Flossemburg en 1944. 

"Si tú hubieras visto como yo he visto, en esta cárcel lo que hacen pasar a los judíos, lo único que querrías haber hecho es haber salvado un número más grande", escribía durante su reclusión. Focherini fue uno de los primeros italianos reconocido como Justo entre las naciones, en 1969. 
Su causa de beatificación, en cambio, está todavía abierta desde 1996 y también está esperando en la fase romana.
Otro nombre que vale la pena citar es el del padre Jacques, cuyo nombre era Lucien Louis Bunel, fraile carmelita francés director del Petit College des Carmes, en Avon, cerca de Fontainebleau. Su historia es la que en 1988 narraba la película "Au revoir, les enfants", del director de cine Louis Malle, que de muchacho estudiaba precisamente en esa escuela. 

El Padre Jacques abrió las puertas del colegio a tres alumnos judíos y a un profesor que había perdido el trabajo a causa de las leyes raciales. 
Descubierto por la Gestapo fue deportado a Mauthausen donde -a causa de las penas padecidas- murió pocos días después de la liberación. 
El Yad Vashem lo reconoció como Justo entre las naciones en 1985. 
La causa de beatificación fue abierta por la diócesis de Meaux en 1997 y está en fase de examen en Roma desde el 2006.
Entre los casos, en fin, de signo opuesto en los que la Iglesia católica ha proclamado beatas figuras a las cuales sucesivamente ha sido conferido por el Yad Vashem también el título de Justo entre las naciones, se pueden citar los nombres de dos religiosos. En primer lugar el de la madre Maria Elisabetta Hesselblad, la fundadora del orden religioso de las Hermanas Brigidinas, cuya casa generalicia de Roma abrió sus puertas a los judíos perseguidos: fue beatificada en el 2000 por Juan Pablo II mientras Jerusalén reconoció su heroísmo en el 2005. 

El segundo, es el obispo bizantino eslovaco Pavel Gojdic, que mostró apoyo abiertamente a los judíos, consintiendo incluso ceremonias ficticias de conversión par protegerlos: también fue proclamado beato por Wojtyla en el 2001 y recibió el título de Justo entre las naciones en el 2007.

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