Buendianoticia 3.blogspot.com

jueves, 21 de marzo de 2013

   2013




Espiritualidad
Semana Santa.
Desafío a la Fe recibida.
 Por :
Juan Casaretto.


La Semana Santa nos recuerda la obra inigualable de Cristo. Su ejemplo de amor único y fuera de toda medición humana supera todas las historias conocidas y nos avergûenza de nuestras agrandadas muestras de piedad y caridad, hechas para mostrarnos admirados y reconocidos por nuestros allegados y otros.
Las Sagradas Escrituras nos dicen que SÓLO LA FE EN JESUCRISTO NOS SALVA DE NUESTROS PECADOS y nos capacita para estar en paz con Dios y poder ayudar a los demás. 
La salvación de Jesucristo posee calidad certificada y comprobada a través de los siglos y su vigencia es inalterable; supera todas las normas que se le pueda exigir, trae satisfacción asegurada sin fecha de vencimiento y además está firmada por Dios Padre y sellada por el Espíritu Santo. 
La Sagradas Escrituras nos dicen que la fe salvadora es producida por Cristo, quien a la vez crea en nosotros, cuando lo reconocemos, buenas obras y amor para nuestro prójimo expresado en forma práctica y concreta. 
Debemos entonces concentranos sólo en el Resucitado, creer en su evangelio y no dudar que Cristo es tal como aparece en la Biblia; no dejarnos arrastrar por interpretaciones religiosas que nacen sultilmente y duran según los intereses temporales, simplemente para saciar apetitos personales y grupales, queriéndonos hacer creer que son infalibles. 
La Sagradas Escrituras te impulsan en poner la confianza sólo en Jesucristo; la fe va ir creciendo y fortificándose por su ejemplo con relación a los pobres, los ciegos, los leprosos, los cojos y también los muertos: esto es verdadero amor y gracia para con todos. 
Él es el pronto socorro en todo tipo de tribulación. 
Nos consuela en las dificultosas horas de angustia, cuando el sostén humano se agota y las miserias terrenales nos desvastan, tratando de extinguirnos o ahogarnos en el dolor o en la desesperación. 
Entonces el Crucificado es nuestra fuerza y refugio y no nos dará carga más pesada de la que podamos llevar y junto con la prueba nos dará la salida. 
La Santas Escrituras nos recuerdan que si queremos honrar a Dios y a su Hijo Jesucristo debemos saber correctamente y en verdad, que tenemos que hacer bien a los necesitados de todas las formas posibles, pero rechazar la idea de que nos podemos salvar a nosotros mismos por nuestro bien actuar y obtener con nuestro sacrificio la vida eterna. Dios únicamente acepta la perfecta obra de su Hijo Cristo Jesús.
 No agregemos nada más porque ofendemos al que lo dio todo por nosotros, sin dejar ninguna cuota impaga. 
Además no alcanza todo el oro y la plata del mundo que pueda pagar ni siquiera la salvación de un sólo ser humano. 
La Sagradas Escrituras aseguran que Jesucristo es el único que deja satisfecho a Dios por su exclusiva e irrepetible obra de salvación eterna que sobrepasa todo entendimiento. Nosotros debemos ejercitarnos en el amor que Jesús nos ha dado, siendo misericordiosos, amables, compasivos, pacientes y sabios con el prójimo. 
Cuidemos a los enfermos, a los necesitados, pobres, angustiados, solitarios, desventurados, huérfanos, extranjeros y todo aquel que demande de nuestra energía cristiana, gastándola con ellos con alegria porque tendremos recompensa de nuestro Padre Celestial, para que todos los desventurados encuentren con nuestra ayuda el consuelo oportuno. 
Que seamos el canal por donde el Cristo vivo circule sin impedimentos en favor de los necesitados. 
Esto es vivir en la fe, servir a Dios y hacer buenas obras, honrando la SEMANA SANTA. 

Que Dios nos dé su paz,amor y consuelo.

miércoles, 20 de marzo de 2013

   2013



Espiritualidad.     
 Pesaj... 

La festividad 
educativa 
por excelencia.

“… No conozco una creación
 literaria que pueda ser más
 educativa para despreciar la 
esclavitud y amar la libertad 
que el relato de la 
Torá sobre Pesaj . Y no conozco otro recuerdo 
antiguo, tan simbólico de nuestro
 presente y futuro, como el Éxodo
 de Egipto…” 

Berl Katzenelson.

Pesaj, la festividad educativa por excelencia.

Desde Pesaj hasta Shavuot: 
De la libertad física a la libertad espiritual.

La festividad de Pesaj fue la primera que celebramos como pueblo. 
Ella contiene un  mensaje oportuno para cada individuo y destaca un cierto proyecto de vida.
La fiesta de la libertad esta asociada al desierto . 
Cuando el pueblo judío, en el relato de Pesaj elige la libertad, no la elige para entrar a la tierra prometida directamente, sino con la conciencia que debe atravesar el desierto.

La libertad es un esfuerzo constante por atravesar múltiples desiertos. 

La noche del Seder es una noche casi mágica, es la celebración de nuestra independencia, de nuestra libertad , tanto física como espiritual, es nuestra formación como pueblo.
Nadie es libre en desorden por eso la importancia del Seder, orden.
En este Jag, el Seder ocupa un lugar central. 
Es un punto de partida porque es a la vez un contenido en si mismo y una puerta de entrada para “mirar” a otros contenidos desde una perspectiva diferente.
El Seder tiene como eje principal a la familia y al chico como protagonista .
El Seder propone una enseñanza, no se contenta con que cada uno de los participantes repita la historia, pretende que la sienta como si ellos mismos la protagonizaron.
Así esta escrito: 
“ En cada generación todo judío debe considerarse así mismo como si hubiese sido personalmente liberado de Egipto .”
El Seder de la noche de Pesaj , tiene un libro propio, la Hagadá , una comida particular y muchos simbolismos.
La pregunta tiene un lugar primordial, pues el que no interroga, no tiene inquietud, no 
ejerce su libertad. 
No preguntan aquellos que están sometidos. 
” Y será cuando te pregunte tu hijo mañana diciendo 
¿Qué es esto?, Le dirás con mano fuerte Nos sacó D”S de Egipto ”.
Todos estos elementos hacen que Pesaj sea la fiesta educativa por excelencia.
 Los nombres de Pesaj:
 Pesaj
La palabra “Pesaj” proviene de la raíz hebrea .ח.ס.פ , que significa saltear.
Nos recuerda que D”S “salteó” las casas de Bnei Israel durante la décima plaga.
(Shemot, Éxodo, XII, 23, 27)
También se asocia con el Korbán Pesaj - el sacrificio pascual – que se realizó
antes del Éxodo y también se llevaba a cabo en la época del Beit Hamikdash
(Shemot, Éxodo, XII, 3, 43, Devarim, Deuteronomio, XVI, 1 – 8))
 Jag Hamatzot
Una de las mitzvot de Pesaj es la de comer Matzá.
(Shemot, Éxodo, XII, 8, 15 – 20, 39; XIII, 6 – 7, etc.)
 Jag Haaviv (La Fiesta de la Primavera)
Pesaj es la Fiesta de la Primavera.
La salida de Mitzraim sucedió en el mes de Nisán, el mes de la primavera en el hemisferio norte. 
(Shemot, Éxodo XIII, 4)
Según la Torá, Nisán es el primer mes del año. 
(Shemot, Éxodo XII, 2)
En este Jag se mezcla la primavera de la naturaleza con el florecimiento del pueblo.
 Zman Jerutenu (El Tiempo de la Nuestra Libertad)
En la víspera de su libertad, Bnei Israel, recibieron como primera Mitzvá, la orden de fijar el calendario. 
Es la primera Mitzvá colectiva. 
Podemos decir que este es el primer mensaje de libertad, ya que sólo está libre aquel que puede disponer de su tiempo.
El mes de la libertad es considerado, según la Torá, el primer mes del año.

Preceptos y costumbres de Pesaj.

 Bedikat Jametz: la noche antes de Pesaj se busca el Jametz, como una manera simbólica de eliminar todo el Jametz existente en la casa. 
Es costumbre colocar diez pedacitos de pan y buscarlos a la luz de la vela. 
El Jametz encontrado en la búsqueda es quemado a la mañana siguiente, vísperas de Pesaj. 
A partir de ese momento no se come Jametz.
 Comer matzá
 No tener ni comer jametz
 El Seder y la lectura de la Hagadá
 La Kehará con sus correspondientes símbolos.
 La copa de Eliahu
 El Afikomán
 Las cuatro copas de vino
 Sefirat Haomer: la segunda noche de Pesaj comienza la 
    cuenta de Omerque finaliza en Shavuot
    Pesaj en las fuentes:
 Citas bíblicas para trabajar PesajShemot (Éxodo) I – 
     XV  (relato)
    Waikrá (Levítico) XXIII, 4 -8.
    Bemidbar (Números) XXVIII, 16 – 25
    Devarim (Deuteronomio) XVI, 1 – 8

 Citas bíblicas para trabajar las mitzvot del jag:
    Shemot (Éxodo) I, 14 (Maror) 
    Shemot (Éxodo) VI, 1 – 9 (las 4 copas de vino por las 4
    expresiones de redención) 
    Shemot (Éxodo) XII, 15; 19; XIII, 7 (El motivo de Bedikat 
    Jametz)
    Shemot (Éxodo), XII, 8, 15 – 20, 39; XIII, 6 – 7, etc. (comer
    Matzá)
   Shemot(Éxodo), XII, 3, 43, Devarim, Deuteronomio, XVI, 
   1 – 8 (Korbán Pesaj)
   Shemot (Éxodo) XIII, 8 (Le contarás a tus hijos) 
 Citas bíblicas relacionadas con Ietziat Mitzraim (la salida de
    Egipto).
    Shemot (Éxodo) XIII, 16 (Tefilín)
    Shemot (Éxodo) XX, 2; Devarim, Deuteronomio, V, 6 
    (Los  10 Mandamientos)
    Vaikrá (Levítico) XIX, 33 – 34. (no engañar al extranjero)
    Devarim, (Deuteronomio), V, 12 - 15 (Shabat)
    El Kidush de Shabat y de todos los Jaguim

Del Midrash…
En virtud de cuatro méritos fueron redimidos de la esclavitud en Egipto:
- No cambiaron sus nombres.
- No cambiaron sus lenguas.
- No revelaron sus secretos.
- No abolieron el precepto de la circuncisión.
¿Qué nos quiere enseñar este Midrash?
Habiendo llegado un pequeño número de personas a Egipto, (según el texto bíblico 70), y 
habiendo vivido 210 años en Mitzraim, ellos no fueron absorbidos por la cultura del lugar. 
Bnei Israel conservó su identidad.

Del Midrash…

¿Por qué hacía falta contar con dos enviados, Moshé y Aarón, para sacar a Bnei  Israel de Mitzraim, acaso con uno solo no bastaba?
Uno – para sacar a Bnei Israel de Mitzraim.
Y uno - para sacar Mitzraim de Israel.

Del Talmud…
¿En qué se distingue la ofrenda de Pesaj que fue sacrificada en Egipto de la ofrenda de Pesaj que debe ser sacrificada por las generaciones posteriores?
La ofrenda de Pesaj en Egipto era consagrada el día 10 del mes, su sangre era salpicada sobre la jamba de la puerta, era comida a la apurada en una noche y a diferencia del Pesaj de las generaciones posteriores, en Egipto fue prohibido el 
Jametz sólo un día, mientras que para todas las generaciones fue prohibido por siete días.


Pesajim 96 a.

De nuestros pensadores…
¿Por qué comienzan los Diez Mandamientos con las palabras “Yo soy tu D”S que te sacó de la tierra de Egipto, del país de la esclavitud” en lugar de proclamar: 
“Yo soy el Eterno, tu D”S, Creador del Cielo y la Tierra”?
No cabe duda que la Creación fue un acontecimiento más significativo que el éxodo de Egipto, ante todo porque abarcó a todo el cosmos y a toda la existencia, dentro de la cual, se halla también la humanidad; en tanto el éxodo de Egipto fue un suceso privativo del pueblo judío y, por lo tanto, sólo una parte de la omnipotencia divina.
Porque la Creación del mundo no fue vista por ojo humano alguno, pero la salida del pueblo hebreo del cautiverio, tuvo millones de testigos por parte del pueblo, y además fue visto por los egipcios y todas las tribus circundantes.
Rabí Iehudá Haleví,
El Cuza

De nuestros pensadores…

1“La libertad es recuperar la palabra”,
En el artículo cita al Rab Iosef Soloveichik (Z¨L) quien dice:
“El esclavo es una persona que adolece de mudez. 
Su voz se agota en el silencio de la noche, su clamor es como la de un animal en el desierto. 
Se queja pero nadie lo escucha.
Esa soledad le hace perder hasta la solidaridad consigo mismo…”. 
“No es casual, dice el Rab Soloveichik, que cuando salimos de Mitzraim, la Mitzvá fuera y “Le trasmitirás a tu hijo”. 
Al esclavo se le ordena cuatro veces contar su historia. Porque el esclavo liberado tiene quien lo escuche. 
Su palabra no muere en el silencio, ni la sofoca ningún 
Faraón o tirano de turno.”
Rab Motti Maaraví
Extraído del artículo “la Libertad es recuperar la palabra”
Nosotros, Revista judía independiente, Año 1 N 6, Nisán 5760

De nuestros pensadores…

¿Cómo puede un pueblo durante miles de años guardar en la memoria su
salida de la esclavitud?

A través de todas las oscuridades de la historia, de la inquisición y de las matanzas,
la nación carga en su pecho la añoranza de la libertad y termina expresándola en una forma popular que toca a cada alma del pueblo, aún la más sufriente y humilde.

De padres a hijos, a través de las generaciones, se transmitió el mensaje de la salida
de Egipto como un recuerdo personal, que no se decoloraba con el tiempo.

“En cada generación, debe el hombre verse a sí mismo como si él hubiera salido de
Egipto”

Es difícil encontrar un punto más alto de conciencia histórica, y no hay en el mundo
ni en las culturas, una fusión más intensa del individuo y la sociedad que en esa antigua propuesta pedagógica.

No conozco una creación literaria más educativa para despreciar la esclavitud y amar
la libertad que el relato de la Torá sobre Pesaj.

Tampoco conozco, memoria más antigua, completamente dirigida hacia el futuro
como cuando decimos: “Zejer litziat Mitzraim – Recuerdo de la salida de Egipto”

Qué instinto de libertad antiguo está impreso en el corazón de un pueblo que pudo
en la primavera de su vida, haber gestado esta creación genial, entregándola de una a otra generación.

Berl Katzenelso.

De nuestros pensadores…

“TENER FE ES RECORDAR…

Gran parte de lo que nos pide la Biblia puede resumirse en una palabra: Recuerda…
Y enséñalo a tus hijos y a los hijos de tus hijos…”
Los judíos no conservaron monumentos antiguos, en cambio retuvieron antiguos momentos…
Con sostenida vitalidad el pasado sobrevive en sus pensamientos, en sus corazones, en sus rituales.
El éxodo de Egipto, la entrega de la Torá en el Monte Sinaí, la destrucción del Templo de Jerusalem, están constantemente presente en la mente…
La verdadera historia de la mente judía no se conserva en volúmenes eruditos sino en el organismo de cada uno.
Hay una caja de caudales en nuestra memoria grupal. 
Nada se ha perdido, salvo la llave de la caja y aún a ésta es posible encontrarla…
Abraham Ioshua Heschel

viernes, 8 de marzo de 2013

2013


Espiritualidad...

Fin de dos
pontificados 
unidos 
desde 
adentro.
Por :



Colaboración:
Juan 

Carlo

Amatucci.

Médico
Periodista.




Para los cardenales que le eligieron, votar a Benedicto XVI fue como votar de nuevo a Juan Pablo II. Por eso se cierra ahora un periodo enormemente fructífero en la vida de la Iglesia, que ha visto en la cátedra de Pedro dos pontífices tan distintos y tan complementarios


Cuando leí que un amigo mío italiano había escrito que el 28 de febrero termina el pontificado de Juan Pablo II, mi primera impresión fue de sorpresa. Benedicto XVI ha sido papa durante casi ocho años, y en ese periodo ha dejado una profunda huella en la Iglesia: intelectual (sus tres encíclicas, su libro sobre Jesús de Nazaret), de gobierno (las reformas internas para atacar a la raíz de los abusos sexuales por parte de clérigos, y para promover la organización eficiente y transparente de las finanzas vaticanas), de impulso ecuménico con ortodoxos y luteranos, y de diálogo interreligioso con el hebraísmo y con Islam moderado; y también humano: aunque pueda resultar inesperado, acudían a sus ángelus y audiencias de los miércoles más gente que durante el pontificado anterior.Y sin embargo, a mi amigo no le falta razón. 
Existe una compenetración intensa entre los magisterios de los dos Papas. Y no sólo porque Benedicto XVI haya seguido la huella de Juan Pablo II, sino me atrevería a decir que también fue al revés. El cardenal Ratzinger fue el inspirador de muchos documentos clave de Juan Pablo II, empezando por el Catecismo de la Iglesia Católica, elaborado bajo su dirección inmediata, y de un alcance difícil de medir para la configuración del mensaje cristiano en lenguaje contemporáneo. (Escribo “cristiano” a propósito, ya que el Catecismo ha recibido una acogida magnífica en muchas Iglesias ortodoxas, en Iglesias orientales como la Armena y la Copta, y en otras de cuño protestante). Después, encíclicas y documentos firmados por Juan Pablo II (la declaración Dominus Iesus, por ejemplo) son el fruto del trabajo intelectual de Joseph Ratzinger, que preparó borradores, revisó a fondo las distintas versiones, y les dio consistencia y solidez.
Tanto es así, que cuando en una ocasión, al comenzar su pontificado, los periodistas preguntamos a Benedicto XVI si iba a escribir tanto como su predecesor, su respuesta fue: “no, no hace falta, ahora lo importante es poner en práctica lo que escribió el Papa (porque Benedicto tardó más de un año el dejar de llamar Papa a Juan Pablo II), en lo que me reconozco”.

Existió también una compenetración humana, a pesar de las diferencias de carácter y de preferencias personales. Si revisamos las biografías de ambos, prácticamente no encontramos nada en común: la vida aventurosa de Karol Wojtyla, con su trabajo manual, su teatro y sus salidas en canoa, y su lucha contra el totalitarismo soviético en su patria, no tiene paralelismo con la trayectoria académica de Joseph Ratzinger, apasionado por la investigación, el debate profundo y la enseñanza. Basta comparar dos fotos: la del obrero Wojtyla en 1940, donde la camiseta de tirantes deja ver sus brazos musculosos, y la de Ratzinger a su misma edad, propia del más estudioso de la clase.

Pues bien, a pesar de representar las antípodas en modos de ser, Juan Pablo II le eligió como su colaborador de confianza casi al empezar su pontificado, y no le dejó marchar ni siquiera cuando estaba para cumplir los 75 años y Ratzinger anhelaba volver a su Baviera natal para dedicar sus últimos años a la investigación teológica. “Usted no se marcha mientras yo sea Papa”, dicen que le respondió Juan Pablo II cuando el cardenal alemán le presentó su renuncia. Y en momentos clave, utilizó al cardenal Ratzinger para resolver problemas de fondo en algunos países, viajando discretamente en nombre del Papa; o prestándole su voz cuando ya no la tenía, como cuando le pidió que escribiera y pronunciara el Víacrucis de su último Viernes Santo en la tierra.

Benedicto XVI ha sido además continuador de proyectos inacabados de Juan Pablo II. Ambos han sido aliados en su esfuerzo por interpretar el Concilio Vaticano II en clave de continuidad, alejando el espectro de quienes han pretendido ver que la última asamblea conciliar como tan novedosa que había roto con la Tradición (pretensión de los lefebvrianos) y también combatiendo la pretensión de quienes entienden la Iglesia sin el ancla de la Revelación y que por tanto nada impide que se contradiga a sí misma y acepte el sacerdocio femenino, modifique principios básicos de la moral cristiana y abola el celibato sacerdotal.

Por último, los dos pontificados van unidos porque en 2005 muchos cardenales le vieron como la perfecta continuidad con Juan Pablo II. Recuerdo bien las conversaciones con varios purpurados, los días siguientes a la elección de Benedicto XVI, en que en Roma se respiraba tal alegría y entusiasmo, que – sin saltarse el secreto pontificio de lo que había sucedido dentro de la capilla Sixtina, ni decir a quién habían votado – hablaban de lo que pensaban con más facilidad de lo ordinario.

Casi todos mencionaron cuatro motivos fundamentales para elegirle. En primer lugar, la homilía de los funerales solemnes en la plaza de san Pedro, donde no pocos descubrieron que el defensor de la doctrina católica, tímido y reservado, tenía un corazón como la copa de un pino.

En segundo lugar, el modo como moderó las llamadas congregaciones generales (esas sesiones de trabajo previas al cónclave, donde los cardenales hablan y discuten sobre la situación del mundo y de la Iglesia, mientras piensan qué Papa hace falta para ese mundo y esa Iglesia). Su serenidad al guiar las intervenciones, su capacidad de síntesis al resumir lo que se había dicho al final de cada sesión, y su objetividad para no dejar fuera de los resúmenes las tesis que no compartía, hicieron pensar a muchos: “tiene la Iglesia entera en su cabeza”.

En tercer lugar, su homilía en la Misa del Espíritu Santo previa al cónclave, centrada en las amenazas que pesaban sobre la situación del mundo, y muy en particular de lo deletéreo que resulta el relativismo. He de reconocer que a mí me descolocó completamente.

Con cortedad de miras, pensé que era una oportunidad desaprovechada, porque el mundo entero seguía en directo esa ceremonia, y era una ocasión única para hablar de la alegría de la fe… Pues me equivoqué, porque la reacción de los cardenales, que seguían sus palabras a pocos metros, fue diametralmente distinta. Al señalar sin medias tintas los problemas a los que se enfrentaría el siguiente Papa, sacaron la conclusión de que no quería serlo. Y ya se sabe, el que entra Papa en el cónclave, sale de cardenal…

Pero sobre todo , el hecho de haber sido el hombre de confianza del Papa Wojtyla. Para los cardenales que le eligieron, votar a Benedicto XVI fue como votar de nuevo a Juan Pablo II. Por eso se cierra ahora un periodo enormemente fructífero en la vida de la Iglesia, que ha visto en la cátedra de Pedro dos pontífices tan distintos y tan complementarios, imposibles de entender por separado, que juntos tomaron la Iglesia en momentos de zozobra, y le devolvieron la esperanza.