Congreso de Cáritas España,
Latinoamérica y el Caribe.
Ha sido a esa cooperación fraterna a la que se ha referido en su alocución el obispo de Merlo-Moreno (Argentina) y presidente de Cáritas Latinoamericana y del Caribe, monseñor Fernando María Bargalló, para quien "esa cooperación es la que surge entre hermanos e Iglesias, impulsada siempre desde la mística más honda de Cáritas: la que emana del amor de Dios derramado sobre nosotros". En palabras del prelado argentino, "reconocemos que el problema de la pobreza no es sólo de los pobres, sino que es un problema de todos nosotros; se trata de una cuestión ética que exige todo nuestro empeño para erradicar este inmenso drama que afecta a millones de hombres y mujeres en todo el mundo".
Junto a monseñor Bargalló, la sesión inaugural del Congreso contó también con la presencia del presidente de la Comisión de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Santiago García Aracil, quien, en su saludo a todos los participantes glosó el contenido de la primera encíclica de Benedicto XVI Cáritas in Veritate para señalar que "mirar a Dios supone descubrir en El la esencia de la caridad". "Nuestra reflexión -indicó-habrá de entrarse estos dos días en Dios mismo y en el hombre, imagen y semejanza suya. Ello nos lleva a la necesidad de contar con la experiencia de Dios, con su acción permanente y constante en nosotros y en el mundo". Esto implica asumir una "actitud de conversión a la mirada del otro, que ha de comenzar por las actitudes personales". "No olvidemos -añadió- que la verdad sobre Dios no es ajena a la verdad sobre el hombre, por lo acercándonos a la una llegaremos a la otra".
En nombre de los anfitriones del Congreso Mñor. Rafael del Río, presidente de Cáritas Española, quien, tras dar una afectuosa bienvenida a los representantes de todas las Cáritas hermanas de América Latina, se refirió a la "época dura que estamos viviendo en nuestra misión de servicio a los más pobres, como son los parados, golpeados por una economía basada en la especulación; los inmigrantes, tratados con mentalidad mercantilista, a quienes reclamamos cuando los necesitamos y los despreciamos cuando no nos son útiles; y los mil quinientos millones de personas que pasan hambre en un mundo con reclusos suficientes para todos".
A pesar de esta coyuntura, Del Río apostó por que el Congreso contribuya a "avanzar en nuestro compromiso, a fin de que los pobres encuentren en Cáritas una comunidad acogedora, que les proporcione motivos para luchar, para empezar de nuevo y les dé razones para la esperanza".
Fuente: Cáritas
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