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lunes, 30 de mayo de 2011

80 Años de Marcar un Camino. De Dar Amor a Cambio de Aliviar el Dolor de Otros.

Acción Católica Argentina 

       

                 celebró 80 años 


               en la Catedral Metropolitana.


La ceremonia en acción de gracias la presidió el sábado el cardenal Bergoglio. Se leyó el mensaje que el Papa envió para el aniversario del 5 de abril.

 Se remarcó el compromiso de la organización laical en la lucha contra la pobreza y por la vida.
"La Acción Católica no es una multinacional que tiene que hacer balances anuales…
 Son hombres, mujeres, jóvenes y chicos que llevan una propuesta, de la que están enamorados, con fervor, alegría, con gozo y mansedumbre. 
La propuesta que vivimos es Jesús el Salvador, dar razones de lo que creemos y esperamos…". "¡Cuánto camino andado, cuánta huella…!", dijo el cardenal Jorge Bergoglio en la homilía de la misa en acción de gracias por los ochenta años de la Acción Católica Argentina, celebrada el sábado 28, en la catedral metropolitana, colmada por adultos, jóvenes y también pequeños (aspirantes).

En un clima emotivo y festivo, el arzobispo de Buenos Aires presidió la concelebración junto al asesor nacional de la ACÁ y obispo de Concordia, Mons. Luis A. Collazuol, mons. Luis Stöckler, (de Quilmes) y los auxiliares de Buenos Aires, monseñores Joaquín Sucunza y Eduardo García, asesor arquidiocesano de la ACA.

En su exposición, el cardenal partió del evangelio del día presentando tres momentos: una mirada hacia adentro, a la intimidad con Dios; 

otra hacia afuera, "a todas las periferias existenciales, a toda periferia humana que tenga necesidad de ese amor", que es participativo. 
El apóstol debe vivir esa "tensión entre el mensaje que llevamos y la manera como somos recibidos". 
Y el modo, la tercera mirada, es la "mansedumbre", afirmó.

El encuentro comenzó con el ingreso, por la nave central, de la bandera argentina portada por representantes de todas las diócesis del país (cuyos presidentes se habían reunido, previamente, en la Asamblea Nacional). Tras ellos, accedieron los celebrantes, ya citados, junto a trece sacerdotes y el diácono que portó la cruz. La enseña nacional fue puesta a los pies de la imagen de Nuestra Señora de Luján, Patrona de la Argentina y de la ACA, ubicada al costado del altar. 

Precisamente ante Ella, al término del oficio, la Institución, a través los dirigentes diocesanos y nacionales, realizó la Consagración de la Acción Católica Argentina a María de Luján, rezada fervientemente.

Luego de la proyección de un video, que recorrió sintéticamente pasajes de la vida de la ACA y que recogió aplausos, en particular al P. Manuel Moledo y al cardenal Eduardo Pironio (ex asesores nacionales), el Pbro Luis Casella, viceasesor de la ACA, leyó el mensaje que Benedicto XVI enviara para el aniversario y fuera difundido el 5 de abril (día del aniversario). Y el ing. Emilio Inzaurraga, presidente del Consejo Nacional, dio un mensaje, en el que remarcó la actual Campaña de la ACA, "La pobreza duele", el valor de la vida (desde la concepción) y el programa "Votá, tu voto vale" y entregó medallas de agradecimiento a veinte instituciones con las que la ACA trabaja intensamente. Ellas fueron ACDE (Asociación Cristiana de Empresas), Liga de Madres de Familia, el DEPLAI (Departamento de Laicos de la Conferencia Episcopal), Caritas, las conferencias episcopales de Pastoral Social, Juventud, Ecumenismo y Adicciones, la Mesa Argentina de Mujeres (interreligiosa), Diálogo Ciudadano, la Asociación Cristiana de Jóvenes, la Pontificia Universidad Católica Argentina, CONSUDEC, Sociedad de San Pablo, UMOFC (Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas), Club Gente de Prensa, AICA (agencia informativa Católica), Grupo Educativo Marín, Canal 21, semanario "Cristo Hoy" y Radio María. Finalmente se expresó el reconocimiento a los cuatro ex presidentes de la ACA presentes, en un emotivo cierre: Carlos Sabatté, Osvaldo González Prandi, Beatriz Buzzetti y Alejandro Madero (h). La fiesta se prolongó a la salida, en la calle, en los cánticos y abrazos, una alegría conmovedora.



Los pobres y excluidos
                              la vida
                                   el compromiso ciudadano.


Somos muchos los que estamos acá, una vez más se han superado nuestras expectativas, pero son muchos más los que en cada rincón de la patria viven con pasión esta vocación laical que hemos abrazado", expresó en su mensaje el titular del Consejo Nacional, ing. Emilio Inzaurraga.
"La Catedral Metropolitana que hoy nos recibe, es un signo de la Iglesia viva. Está Jesús, Está nuestra Madre, están muchos amigos que nos acompañan como signo de comunión. Está la Acción Católica. La Catedral hoy parece latir", prosiguió.

Y con relación al mensaje papal en el que subrayada el tema de la santidad, Inzaurraga manifestó: "Esta palabra que para muchos parece misteriosa y lejana, y para nosotros tiene que ser una palabra común, de cada día. No para expresar algo heroico (aunque la vida común también necesita gestos heroicos), sino para resumir nuestra disposición a la acción del Espíritu que nos anima a seguir a Jesús, sirviendo con alegría, esperanza y compromiso en la vida familiar, social, cultural y política de nuestra comunidad, de nuestro barrio, de nuestra ciudad. Santidad significa también para nosotros darse al servicio del bien común".

"Por eso caminamos confiados, proponiendo tejer relaciones fraternas que nos permitan contribuir a realizar en la historia de nuestra Patria una sociedad más justa y más humana, trabajando decididamente para erradicar la pobreza y promover el desarrollo integral. ¡Porque la Pobreza duele! Y queremos construir una nación sin excluidos. ¡Priorizamos la Vida! En cada etapa de su desarrollo y en toda situación, especialmente de los niños por nacer y la de nuestros hermanos más necesitados".

"Queremos asumir nuestro compromiso ciudadano, desde la acción simple de votar responsablemente, y también ofreciendo, en la vida privada y pública, presencias cualificadas, gratuitas, rigurosas en los comportamientos, fieles al magisterio eclesial y orientadas al bien de todos. La crisis que vivimos no es solo de valores sino también de la necesidad de liderazgos comunitarios positivos, generosos, que encarnen los valores que proponen, cuya principal motivación sea el desarrollo integral de las personas y de las comunidades, buscando siempre el bien común" manifestó entre otros conceptos.

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