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viernes, 28 de diciembre de 2012


Un minuto 
para Pensar.


Espiritualidad.



CUENTA 

TUS 
BENDICIONES.



Publicó :


Natalia Walker.

Si te has despertado hoy con mas salud que enfermedad, estás más bendito que el millón que no va a sobrevivir esta semana.
Si nunca has conocido los peligros de la guerra, la soledad de la prisión, la agonía de la tortura, los dolores del hambre, estás delante de 500 millones de personas en el mundo.
Si podes ir a la iglesia o al templo sin estar perseguido, arrestado, tortu...rado o asesinado… estás más bendito que 3 millones de personas en este planeta.
Si tenés comida en tu nevera, llevás ropa limpia, si tenés un techo encima de tu cabeza y un lugar seguro donde dormir, estás más rico que los 75 del resto.
... Si tenés dinero en el banco, en tu cartera, y unas monedas en una jarra en tu casa, eres parte del 8% de la población que prospera en el mundo entero.
Si llevás una sonrisa en tu cara, y estás agradecido por todo, estás bendito, porque la mayoría de la gente lo puede hacer, pero no lo hace.
Si podés tomar la mano de alguien, abrazarlo o solamente tocar su hombro, estás bendito porque puedes ofrecer el toque divino que cura.
Si podés leer este mensaje has recibido una doble bendición, ya que primero no has pensado en vos, y segundo, tienes más suerte que 2 millones de personas que no saben leer.

Es mi deseo que vivas unas verdaderas, auténticas y felices fiestas!!!

lunes, 17 de diciembre de 2012



Espiritualidad.


LOS NIÑOS POR NACER ,
Y EL VIENTRE MATERNO .

Por Diana Duvivier.

Con el Nacimiento de Jesucristo se nos ofrece el alivio permanente que traen las buenas noticias de la misericordia de Dios y el cumplimiento de la promesa de la gracia.


En la Natividad de nuestro Señor Jesucristo se da la revelación plena del Nuevo Pacto y la acción  salvífica  de Dios, quien perfecciona su poder en la debilidad.  En Su Encarnación se pueden resolver las más profundas problemáticas inherentes a la existencia misma y a la práctica cotidiana, las cuales movilizan intensamente nuestros afectos: el nacimiento, el renacimiento espiritual, los no nacidos, el sufrimiento del justo, la incredulidad y la fe, la vida y la muerte y, en definitiva, el sentido de las cosas y los acontecimientos, la trascendencia y la libre voluntad de Dios.
 Sin embargo, con el arribo de la Navidad frecuentemente aparecen distintos estímulos y cuestiones asociadas que provocan perturbación e inestabilidad. 
En suma, se percibe una hipersensibilidad característica como respuesta a un tiempo de agobio propio del fin de año y de sus consabidos balance y proyección, ocasión para visualizar con más nitidez las ausencias y pérdidas, más allá de los logros y los dones de Dios recibidos. Y más todavía si esto se combina con escenarios nacionales  e internacionales de grandes tensiones sociales y políticas, ahora potenciados por las comunicaciones globales, los que parecen abonar los atrevidos e insolentes cuestionamientos a la justicia y bondad divinas.

El nacimiento bendito de Jesucristo, el hecho de que Dios se hizo humano, además de ser totalmente distinto a todos los demás, contrasta con los planteos desesperados y desgarradores del profeta Jeremías cuando, en su aflicción, maldecía el día en que había nacido y en un ataque de amor a sí mismo se quejaba de que aquel vientre embarazado de su madre no se hubiera convertido en su sepulcro. 
Al modo del patriarca Job, olvidando que no se puede contender con el Omnipotente, le reprochaba al Altísimo no haberlo matado allí. 
“¿Para qué salí del vientre?”(Jer. 20:14-18). 
“Está mi alma hastiada de mi vida… 
¿Por qué me sacaste de la matriz?”(Job 10:1,18). También nosotros a veces, en nuestra debilidad, ante la gracia oculta de Dios y frente a lo casi insoportable de la vida, nos parecemos a ellos y a aquellos reprobados “consoladores molestos” del Job sufriente. Con insensatez, presunción e impaciencia erramos por no buscar y adherirnos a la Palabra de Dios y al Admirable Consejero que sabe, puede y quiere consolar y dar sosiego y paz a las conciencias, desechando la incompetencia e incomprensión de las filosofías humanas. Es que, como enseña el profeta Isaías:”Así dice el Señor, Hacedor tuyo y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: 
No temas…Dios ha consolado a su pueblo y de sus pobres tendrá misericordia”
Aunque nos sintamos tentados a decir:
”Me dejó Dios y el Señor se olvidó de mí. 
¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? 
Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti…en las palmas de las manos te tengo esculpida, delante de mí estás siempre” (Is. 44:2; 49:13-16). 
Dios no miente y envió a su Hijo para nosotros
Y al hacerse uno con nosotros, también nos ha dado una misión específica y un sentido claro a nuestra existencia. Dijo el Señor:”Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad” (Jn. 18:37) y lo sigue haciendo cada día con y a través nuestro, con su Iglesia dispersa alrededor del mundo.
 Hay un vínculo secreto en la maternidad, aún en el caso lamentable de aquella que, como el avestruz, “se endurece para con sus hijos como si no fuesen suyos” (Job 39:16) o, paradójicamente, piensa que son de su exclusiva propiedad y puede disponer de ellos a su antojo. Porque el peso del útero, las estrías, la fatiga, los dolores y las várices no son las únicas marcas que deja el embarazo; la ruptura de bolsa o membranas, el trabajo de parto y la experiencia del Equipo Médico y del Centro Asistencial no es lo único que cuenta para el mantenimiento de la salud física y mental, ni tampoco quien estaba oculto puede permanecer siempre olvidado. Porque un hijo es una “herencia de Dios y cosa de estima el fruto del vientre” (Sal.127:3); es un regalo divino que el huevo fertilizado anide y se prenda a los tejidos para recibir vida a través de la sangre materna que le permite sobrevivir hasta que salga o sea transpuesto. Todo por el amor y el compromiso de una mujer que está dispuesta a poner su cuerpo y sus desvelos en servicio de quien necesita casi todo, aportándole la contención, el sustento y el abrigo indispensables a ese “otro”, que le permite ser “yo” y “nosotros”. Aquella que respetuosamente permitió transformarse en matriz generadora, acequia viva, tierra productiva, usina energética…
Aquella que, dejando de lado una actitud egoísta, abandónica y torturadora, prefirió ser  nido  y no cárcel, azote, cepo o tumba de su criatura, así como ella recibió mediante otra y desde sus entrañas la aurora de la vida que ahora puede desplegar. “¿Qué tienes que nos hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido?” (1ª Co. 4:7).

Por el impacto y la relevancia del tema y para no herir aún más al dolido, ni confundir al verdadero sufriente, para no olvidar a la totalidad de las víctimas, ni dejar impunes a los victimarios, a fin de no recibir la condena divina que con motivo de no haber dicho la verdad acerca del Altísimo se aplicó a los pretendidos amigos de Job en el desenlace asombroso de la historia narrada en el Epílogo del inspirado Libro Sapiencial, resulta  oportuno hacer referencia a un esperanzador escrito del Dr. Martín Lutero del año 1542: “Ein Trost den Weibern, welchen es ungerade gegangen ist mit Kindergebâren” (Consuelo para las mujeres que han perdido a su bebé o cuando el nacimiento no terminó bien). 
Allí se refiere a la natalidad y a aquella unión íntima con el hijo cuando las complicaciones ponen en peligro la gestación, buscando dar una atención integral y abordando el shock emocional y el trauma afectivo que sobreviene cuando el embarazo no llega a su destino.

En su obra, Lutero distingue claramente entre dos tipos de circunstancias. No dirige su consuelo hacia aquellas mujeres que llevan el “Fruto” (con mayúscula), de mala gana o están embarazadas a disgusto, quienes en forma intencionada descuidan o hasta llegan al extremo, en su malicia, de estrangular y asesinar al hijo. Sino que se esmera en mitigar la falta de consideración, impertinencia y brutalidad aún en el uso de las expresiones y términos, para no causar más aflicción, ni sobresalto, ni espanto a aquellas madres quienes, no por su culpa, ni por su dejadez o indiferencia, han sufrido un nacimiento prematuro o aborto espontáneo o su bebé nació muerto o murió al nacer. A éstas y a sus allegados los reconforta, invitándolos a confiar en que la voluntad de Dios es siempre mejor que la nuestra, aún cuando parezca mostrarse contraria a nosotros, según nuestro limitado punto de vista humano y a afrontar esta prueba como una oportunidad para perfeccionar la paciencia. Tiernamente aconseja confiar en que Dios atiende el clamor sincero y el profundo deseo de haber traído a su niño para ser bautizado, como una oración efectiva que el Señor escucha por tratarse de una intercesión de un creyente, alguien muy especial, santificado por la sangre de Cristo y el Espíritu de Dios, quien “nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles” (Ro. 8:26). El Señor nos ha oído, aún cuando por la pena o por el desconcierto no podamos expresarnos con palabras y ha hecho mejor de lo que podríamos pedir o esperar, porque “es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos”, como dice San Pablo (Ef. 3:20). Resalta aquella maravillosa y contundente promesa de Jesús, que supera nuestra imaginación y que nos mantiene en esperanza:”al que cree todo le es posible” (Mr. 9:23), relacionándola con la singularidad de esos niños, sujetos de los anhelos y la fe de Cristianos verdaderos, que gozan del favor y aprecio de Dios. Y concluyentemente el Reformador nos recuerda el grandioso recurso propuesto por la Divinidad y que tantas veces hemos comprobado:”Invócame en el día de la angustia. Te libraré y tú me honrarás” (Sal. 50:15). Esta consolación para los creyentes puede ser aplicada también a cualquier otro problema que nos aflija.

A esta altura, resulta imprescindible considerar que el Altísimo es quien da viabilidad y vida, así como también fuerzas para seguir esperando en Dios, quien tiene siempre la última palabra. Recientemente lo hemos visto en el caso de Luz Milagros, de Chaco, la beba que sobrevivió después de que su mamá, con el impulso de ver por última vez el rostro de su hija, desclavara el cajoncito cerrado que alojaba a la niña viva en el frío de una morgue; aquella que luego se mantuviera confiada, a pesar de los reiterados peores pronósticos que oficialmente se le daban y por quien, conmovidos, elevamos nuestras plegarias. Y después también hemos sabido por informaciones periodísticas que nació Santino en Pilar, a quien dieron por muerto, descartándolo en una envilecida chata de un Hospital, cuyos movimientos de vida descubiertos por su abuela, se negaran a admitir, por ser confundidos con meros reflejos inanimados. El Señor, una vez más, está poniendo en medio de nosotros a los niños. 
Son inadmisibles el maltrato y los daños superlativos que pueda recibir una criaturita con prematurez extrema o con complicaciones de cualquier otra índole, hayan o no adquirido notoriedad. Y qué decir de los abortos deseados y embarazos rechazados por desaprensión, desidia, resentimiento, egoísmo, codicia, intereses económicos o ideologías, causantes de tanto dolor y huellas imborrables que no se pueden extirpar. No podemos atribuirnos la determinación de subestimar la viabilidad y mucho menos, de cercenar las chances de sobrevida de aquel “fruto”  a quien deberíamos proteger y brindarle las mejores condiciones de vida que esté a nuestro alcance ofrecer, quien no debe ser cruelmente considerado inoportuno, ni molesto, ni tampoco culpable. Además de los afectos naturales, que hasta los animales en su mayoría demuestran, una mujer Cristiana recibe a su niño con un amor más profundo, pensando en su alma y no sólo en su cuerpo. Todos tenemos algún grado de responsabilidad de acuerdo a nuestro rol y función, de manera que en nuestra comunidad, de lo que de nosotros dependa, no se cause daño a nadie y menos si resulta irreparable.

Que sirvan estas palabras para acompañar a una reflexión Cristiana que, más allá de las evaluaciones de la Obstetricia, la Neonatología, las Tecnologías de Reproducción Asistida y otras especialidades o disciplinas y a pesar de la imperfección e injusticia de las leyes humanas, se aferre a la Palabra de Dios y nos ayude a asumir el compromiso de la comunidad, de la familia, de la pareja y, en especial, de la mujer, el amor de madre y el apoyo al débil, con fe en el evangelio que es la promesa de la gracia de Dios en Cristo, confiando en el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida perdurable. 
Amén.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Con toda la Fé ...


APORTE
PARA LA VIDA



TE REGALO UN LINDO 

APORTE PARA LA VIDA, 

CARIÑOS .




EXPLICACIÓN SOBRE LA MUERTE...  





La más hermosa explicación que he leído. 







Un hombre enfermo se preparaba para salir del consultorio del médico que le estaba examinando y dijo:
"Doctor, me asusta la muerte... 
- dígame qué hay al otro lado"
Muy suavemente el doctor dijo: 
- "No lo sé." - Usted no sabe? 
- Usted es cristiano y no sabe qué hay del
  otro lado?!!! 
El Doctor tomó la perilla de la puerta..... 
Del otro lado se sentían como rasguños y gemidos y cuando se abrió la puerta, un perro entró en el cuarto, saltó sobre el médico y con gran alborozo le lamía lleno de contento.

El médico se volvió hacia su paciente y dijo: 


-"Vió lo que hizo mi perro? 
- Él nunca había estado en este cuarto antes. 
  No sabía qué había adentro. Sólo sabía que su dueño estaba allí y cuando se abrió la puerta, saltó sin ningún temor" .
- "Yo poco sé de lo que hay del otro lado de la
   muerte... - pero sí se una cosa:

- "Que mi Dueño estará allí,   y eso me basta!!!
 



jueves, 8 de noviembre de 2012

Espiritualidad.


EL HOMBRE ES UN BUSCADOR 


DEL ABSOLUTO.



Fuente :  VISnews 
Colaboración :
Dr. J.C.Amatucci .

Ciudad del Vaticano,
 7 noviembre 2012 (VIS).- 
En la audiencia general de los miércoles Benedicto XVI, continuando la catequesis sobre la fe católica, se centró hoy en "un aspecto fascinante de la experiencia humana y cristiana: el hombre lleva en sí un misterioso deseo de Dios".Esta afirmación, dijo el Papa, "puede parecer una provocación en el ámbito de la cultura occidental secularizada. Muchos nuestros contemporáneos podrían objetar que no sienten en ningún modo este deseo de Dios. Para amplios sectores de la sociedad, El ya no es el esperado, el deseado, sino más bien una realidad que deja indiferentes, ante la cual ni siquiera hay que hacer el esfuerzo de pronunciarse".
"En realidad, lo que hemos definido como 'deseo de Dios' no ha desaparecido totalmente, y se asoma todavía hoy, en muchos modos, al corazón del hombre. El deseo humano tiende siempre a determinados bienes concretos, que frecuentemente no son nada espirituales, y sin embargo se sitúa ante la pregunta sobre qué cosa es verdaderamente 'el' bien, y por tanto, se tiene que confrontar con algo que es otro de sí, que el hombre no puede construir, pero que es llamado a reconocer", afirmó el Santo Padre, que se preguntó: "¿qué es lo que puede verdaderamente saciar el deseo del hombre?"
"En mi primera Enciclica  Deus caritas est, he intentado analizar cómo este dinamismo se realiza en la experiencia del amor humano, experiencia que en nuestra época es más fácilmente percibida como momento de éxtasis, de salida de sí, como lugar en el que el hombre advierte que lo atraviesa un deseo que lo supera. A través del amor, el hombre y la mujer experimentan de un modo nuevo, el uno gracias al otro, la grandeza y la belleza de la vida y de lo real. Si esto que experimento no es una simple ilusión, si verdaderamente quiero el bien del otro como también vía al mio bien, entonces tengo que estar dispuesto a des-centrarme, a ponerme a su servicio, hasta la renuncia a mi mismo. La respuesta a la pregunta sobre el sentido de la experiencia del amor pasa pues a través de la purificación y la curación del querer, exigida por el bien mismo que se quiere para el otro".

Hay que, prosiguió Benedicto XVI, "ejercitarse, entrenarse, corregirse, para que ese bien pueda verdaderamente ser querido", pero ni siquiera la persona amada "es capaz de saciar el dese que vive en el corazón del hombre, es más, cuanto más autentico es el amor hacia el otro, tanto en mayor grado este deja abierto el interrogante sobre su origen y su destino, sobre la posibilidad que tiene de durar para siempre".

"También se podrían hacer consideraciones análogas a propósito de otras experiencias humanas, como la amistad, la experiencia de la belleza, el amor por el conocimiento. Todo buen experimentado por el hombre se extiende hacia el misterio que envuelve al mismo hombre; todo deseo que se asoma al corazón humano se hace eco de un deseo fundamental que no se sacia nunca plenamente".

Por esto, dijo el pontífice, "el hombre conoce bien lo que no lo sacia, pero no puede imaginar o definir lo que le haría experimentar aquella felicidad cuya nostalgia lleva en en el corazón. No se puede conocer a Dios solo a través de del deseo del hombre. Desde este punto de vista el misterio resta: el hombre es un buscador del Absoluto, un buscador que camina con pasos breves e inciertos".

También en nuestra época, aparentemente tan refractaria a la dimensión trascendente, "es posible abrir un camino hacia el auténtico sentido religioso de la vida, que muestra cómo el don d ella fe no es absurdo, no es irracional", afirmo Benedicto XVI que propuso "una pedagogía del deseo (…) que comprende al menos dos aspectos: en primer lugar, aprender o re-aprender el gusto por las auténticas alegrías de la vida. No todas las satisfacciones producen en nosotros el mismo efecto: algunas dejan una traza positiva, son capaces de pacificar el ánimo, nos hacen más activos y generosos. Otras, en cambio, después d ella luz inicial parecen decepcionar las expectativas que habían suscitado y pueden dejar detrás de sí amargura, insatisfacción o un sentido de vacío".

El segundo aspecto de la pedagogía del deseo es "no contentarse nunca de lo que se ha ya alcanzado. Precisamente porque las alegrías verdaderas son capaces de liberar en nosotros la sana inquietud que lleva a ser más exigentes -querer un bien más alto, más profundo- y a la vez, sentir siempre con mayor claridad que nada finito puede colmar nuestro corazón. Aprenderemos a tender, desarmados, hacia el bien que no podemos construir o conseguir con nuestras fuerzas, a no dejarnos desanimar por el cansancio o los obstáculos que vienen de nuestro pecado".

Por último el Santo Padre dijo que "el dinamismo del deseo está siempre abierto a la redención. También cuando este se adentra por caminos desviados, cuando persigue paraísos artificiales y parece perder la capacidad de anhelar el verdadero bien. También en el abismo del pecado no se apaga en el hombre aquella chispa que le permite reconocer el verdadero bien, saborearlo, y empezar así un recorrido de ascensión en el que Dios, con el don de su gracia, no le hace faltar nunca su ayuda."

"No se trata de sofocar el deseo que está en el corazón del hombre, sino de liberarlo, para que pueda alcanzar su verdadera altura. Cuando en el deseo se abre la ventana hacia Dios, esto es ya una señal de la presencia de la fe en el ánimo, fe que es una gracia de Dios", concluyó Benedicto XVI.

miércoles, 17 de octubre de 2012



Espiritualidad.



Cruzar la puerta . . . 




Autor: P. Alejandro Cases Ramón;   

Párroco de San Bartolomé de Librilla.

Enviado por:  Dr. J.C.Amatucci.


A todos cuantos nos leen a través de los medios de comunicación, dirijo estas letras para hablaros de una experiencia capaz de motivarnos a la esperanza, al ánimo y a la FE. A todos, sean creyentes o no, les animo a buscar y a descubrir una respuesta que no se detenga en lo que nos ocurre en el presente más inmediato sino que sea capaz de trascender a todos los ámbitos nuestro ser, una respuesta pues, que podamos entender en clave de sentido, el sentido de nuestra vida. Cuestionamientos que sólo nosotros, los seres humanos, podemos formular, dado que somos los únicos que poseemos la facultad de razonar, de discernir y por ende, los únicos que tenemos la capacidad y la posibilidad de elegir y de evolucionar espiritualmente.

Para dar con esta respuesta, os invito a cruzar una puerta, una puerta que permanece abierta para todos y tras la cual la luz siempre permanece encendida, una luz que es capaz de irradiar e infundir en nosotros la FE, la confianza. 

Porque lo que a modo de anticipo experimentamos como efecto "en lo más íntimo de nuestra intimidad" (San Agustín), la merece absolutamente."Se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida. Éste empieza con el bautismo (cf. Rm 6, 4), con el que podemos llamar a Dios con el nombre de Padre, y se concluye con el paso de la muerte a la vida eterna, fruto de la resurrección del Señor Jesús que, con el don del Espíritu Santo, ha querido unir en su misma gloria a cuantos creen en él (cf. Jn 17, 22)" (Porta fidei, Benedicto XVI).

El descubrimiento de Dios en nuestra vida, supone el descubrimiento de cual es nuestro lugar en el mundo y que es lo mejor que podemos hacer en él, nos permitirá entender el curso de nuestra vida, descifrar muchos interrogantes que de otra manera nos sería muy difícil comprender, nos dará valor para sobrellevar las dificultades, pero sobre todo dignificará y resaltará de un modo diferente y único nuestro que hacer, nuestro dar, nuestro amar y nuestro vivir. En definitiva, se hace verdad aquello que el Concilio Vaticano II apuntó hace ahora 50 años, y es que "el misterio del hombre, se esclarece a luz del misterio del Verbo encarnado" (Gaudium et spes, nº2 2), es decir, cuando miramos a Cristo comprendemos todo lo que significa ser humanos de verdad.

"Para este Año de la fe no se ha inventado el Papa un mensaje, vuelve a insistir en el mismo, en la centralidad de Cristo, Caritas Christi urget nos (el amor de Cristo nos urge) (2 Co 5, 14): es el amor de Cristo el que llena nuestros corazones y nos impulsa a evangelizar. Hoy como ayer, Él nos envía por los caminos del mundo para proclamar su Evangelio a todos los pueblos de la Tierra (cf. Mt 28, 19)" (Carta pastoral La puerta abierta de la fe, Mons. Jose Manuel Lorca).

A todos cuantos leéis este mensaje, os invito a vivir la oportunidad de encontraros con el que es el Camino, la Verdad y la Vida de todos los hombres y mujeres del mundo. Nuestra parroquia (San Bartolomé de Librilla), acompañada del testimonio de uno de los apóstoles del Maestro, Bartolomé, quien oyó, vió y creyó hasta dar la vida por Él y por el Evangelio, intercederá para que vayamos despertando a la fe, creciendo en la fe, llenarnos de fe, para que vayamos construyendo un pueblo que camina en la Verdad, que vive en la Verdad, porque ha conocido a Dios, y ha confiado en ÉL.

Os invito a acercaros a vuestra propia parroquia, a dedicar un poquito de vuestro tiempo a cuidar vuestra interioridad, a formaros, a orar ante el Señor, a coger la Palabra de Dios, leerla, meditarla... os invito a cruzar una puerta, la de la fe. Lo que hay detrás de ella, es fascinante. Detrás de ella, hay Alguien que te quiere de verdad, que tiene una Palabra para ti, que es capaz de darte la fuerza que necesitas para no decaer nunca, detrás de ella está: el sentido de tu vida, detrás de ella está: JESUCRISTO. Esta es la experiencia que yo he tenido y no me la podía callar, por eso he querido compartirla mediante este altavoz.

Terminaré mis palabras con un suspiro, el mismo que le nació del corazón al nuevo doctor de la Iglesia, San Juan de Ávila: "ojalá tuviera mil millones de lenguas para anunciar a Jesucristo". Como sólo tengo una, os suplico que todas las vuestras, se alcen al viento con fuerza para proclamar y confesar que Jesucristo es Señor para gloria de Dios Padre (Filipenses 2:9-11).

Que Dios os guarde en su Amor.

martes, 16 de octubre de 2012

En el Nombre de Dios . . . ¿ Como se Puede?



Por la FÉ.


Se puede perder la vida.



¿DONDE ESTAN LOS 

ORGANISMOS DEFENSORES 



DE LOS DERECHOS 


HUMANOS?




Cristianos quemados vivos en Nigeria: un holocausto monstruoso, ante la indiferencia internacional.
DENUNCIA DEL PADRE 
Juan Carlos Martos  cmf
Segretariato di PV
Missionari  Clarettiani.


Al publicar este impresionante documento gráfico en Facebook, he pretendido 
denunciar ante la opinión pública internacional unos hechos monstruosos, 
absolutamente silenciados por los medios de comunicación de masas; un 
auténtico genocidio tan monstruoso y bestial como los episodios más abyectos
 de los campos de exterminio nazis.
Para mi sorpresa, facebook me ha recriminado por publicar este documento 
gráfico, como denuncia del holocausto que sufren los cristianos en Nigeria desde
 hace más de 10 años. Conforme a la política de seguridad de esta red "social", 
la fotografía se ha clasificado como material "pornográfico", "violento" o 
"inapropiado" y, por ello, me castiga prohibiéndome subir durante una semana cualquier otra fotografía. Y me amenaza con actuaciones "drásticas" si prosigo en mi intento de denunciar documentalmente la terrorífica conculcación de los derechos humanos en Nigeria.
Este proceder de los responsables, (facebook-España) supongo, es un atentado a
la libertad de expresión y un insulto desvergonzado a las 500 víctimas (sólo en 
este episodio brutal) masacradas por el terror islámico por el simple hecho de ser 
cristianos.
Yo creía que esta red social, nacida en USA, no hincaba la rodilla ante el terror. 
Sobre todo tras sufrir en sus propias carnes el espeluznante atentado del 11-S, 
como nosotros el 11-M, víctimas de la furia enloquecida y salvaje del terror 
islámico.
Me parece increíble que en España, un estado democrático y de derecho -donde 
constitucionalmente se garantiza la libertad de culto, expresión y pensamiento
 (Art.16 y 20 CE)- se intente amordazar a los ciudadanos mediante amenazas y 
coacciones, vulnerando su libertad de expresión, por considerar "inapropiado"
un documento gráfico (no un montaje fotográfico) que refleja en toda su crudeza 
una realidad bestial.
Por el contrario, los directivos de facebook España, deberían felicitarse de esta
denuncia pública -hecha con el ánimo de que esta barbarie jamás se repita, y que 
se castigue a los culpables- pues es un derecho y un deber ciudadano: un 
servicio a la sociedad, último objetivo, supongo, de toda red "social" que se precie.
De hecho, si las matanzas continúan, es en buena medida porque se sigue 
ocultando la verdad al pueblo soberano, no vaya a ser que la sepa y "se indigne":
el silencio cómplice de la mayoría de los medios de comunicación propicia la 
indiferencia de la comunidad política internacional ante este holocausto monstruoso.
Eso sin olvidar la cobardía instalada en el mundo occidental frente al 
terrorismo islamita  Entre nosotros, una consecuencia más de la estúpida "
Alianza de civilizaciones": otra lamentable ocurrencia de Rodríguez Zapatero, nuestro ínclito ex presidente de Gobierno. 
¿Se imaginan la reacción del terrorismo islámico en el caso, 
imposible, de una matanza de musulmanes a manos de 
cristianos en una mezquita? ¿Cómo -y cuánto- de 
beligerantes serían las portadas de nuestros medios de 
comunicación condenando los hechos?
Por todo ello, desde este humilde blog, pido a quienes me lean un favor: que 
difundan por todos los medios a su alcance esta fotografía. Al menos para que 
sirva de homenaje a estos mártires, ya que, desgraciadamente, facebook parece 
que ha tomado partido por los verdugos, queriendo ocultar la difusión de tan 
trágicos acontecimientos.

Juan Carlos Martos cmf 

Segretariato di PV Missionari Clarettiani Via Sacro 

Cuore de Maria-5 00197-Roma

sábado, 6 de octubre de 2012

Un encuentro con uno mismo



Espiritualidad.




INDULGENCIA PLENARIA POR EL AÑO DE LA FE.





Para buendianoticia

 DrJuan Carlo Amatucci .

    Periodista.


-Benedicto XVI concederá a los fieles la indulgencia plenaria con motivo del Año de la Fe que será válida desde su apertura (11 de octubre de 2012 hasta su clausura, 24 de noviembre de 2013) , según informa el decreto hecho público hoy firmado por el cardenal Manuel Monteiro de Castro y por el obispo Krzysztof Nykiel, respectivamente Penitenciario Mayor y Regente de la Penitenciaría Apostólica.

“En el día del cincuenta aniversario de la solemne apertura del Concilio Vaticano II -dice el texto- el Sumo Pontífice Benedicto XVI ha establecido el inicio de un Año particularmente dedicado a la profesión de la fe verdadera y a su recta interpretación, con la lectura o, mejor, la piadosa meditación de los Actos del Concilio y de los artículos del Catecismo de la Iglesia Católica”.

“Ya que se trata, ante todo, de desarrollar en grado sumo -por cuanto sea posible en esta tierra- la santidad de vida y de obtener, por lo tanto, en el grado más alto la pureza del alma, será muy útil el gran don de las indulgencias que la Iglesia, en virtud del poder conferido de Cristo, ofrece a cuantos que, con las debidas disposiciones, cumplen las prescripciones especiales para conseguirlas”.

“Durante todo el arco del Año de la Fe -convocado del 11 de octubre de 2012 al 24 de noviembre de 2013- podrán conseguir la Indulgencia plenaria de la pena temporal por los propios pecados impartida por la misericordia de Dios, aplicable en sufragio de las almas de los fieles difuntos, todos los fieles verdaderamente arrepentidos, debidamente confesados, que hayan comulgado sacramentalmente y que recen según las oraciones del pontífice:

A)Cada vez que participen al menos en tres momentos de predicación durante las Sagradas Misiones, o al menos, en tres lecciones sobre los Actos del Concilio Vaticano II y sobre los artículos del Catecismo de la Iglesia en cualquier iglesia o lugar idóneo.

B)Cada vez que visiten en peregrinación una basílica papal, una catacumba cristiana o un lugar sagrado designado por el Ordinario del lugar para el Año de la Fe (por ejemplo basílicas menores, santuarios marianos o de los apóstoles y patronos) y participen en una ceremonia sacra o, al menos, se recojan durante un tiempo en meditación y concluyan con el rezo del Padre nuestro, la Profesión de fe en cualquier forma legítima, las invocaciones a la Virgen María y, según el caso, a los santos apóstoles o patronos.

C) Cada vez que en los días determinados por el Ordinario del lugar para el Año de la Fe, participen en cualquier lugar sagrado en una solemne celebración eucarística o en la liturgia de las horas, añadiendo la Profesión de fe en cualquier forma legítima.

D) Un día, elegido libremente, durante el Año de la Fe, para visitar el baptisterio o cualquier otro lugar donde recibieron el sacramento del Bautismo, si renuevan las promesas bautismales de cualquier forma legítima.

Los obispos diocesanos o eparquiales y los que están equiparados a ellos por derecho, en los días oportunos o con ocasión de las celebraciones principales, podrán impartir la Bendición Papal con la Indulgencia plenaria a los fieles.

El documento concluye recordando que los fieles que "por enfermedad o justa causa" no puedan salir de casa o del lugar donde se encuentren, podrán obtener la indulgencia plenaria, si “unidos con el espíritu y el pensamiento a los fieles presentes, particularmente cuando las palabras del Sumo Pontífice o de los obispos diocesanos se transmitan por radio o televisión, recen, allí donde se encuentren, el Padre nuestro, la Profesión de fe en cualquier forma legítima y otras oraciones conformes a la finalidad del Año de la Fe ofreciendo sus sufrimientos o los problemas de su vida”.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

El espíritu del hombre

BODHIYĀNA . . .

EL POR QUÉ :























Como Vice Abad del Templo Tzong Kwan de la Ciudad de San Pablo en Brasil, el Maestro Zhihan, tuvo oportunidad de compartir largas caminatas y profundas conversaciones con el Abad del Templo, el Venerable Maestro Pu-hsien.
En dicha oportunidad ambos compartieron el deseo de difundir el Buddhismo en América Latina en sus idiomas locales, continuando así la tradición iniciada por Buddha Śākyamuni cuando recorría los caminos a lo largo del río Ganges, transmitiendo sus enseñanzas de aldea en aldea en los dialectos propios de cada una de ellas, aspirando a ser comprendido por todos los seres que manifestaran su deseo de aprender.En esas circunstancias el Maestro Pu-hsien creó el neologismo “Bodhiyāna” que cumpliera el objetivo de describir la aspiración compartida por ambos bhikṣus

FUNDACIÓN BODHIYĀNA
Convencido de que la barrera idiomática era, es y será el gran obstáculo a sortear para llevar adelante cualquier tarea de comunicación y difusión, el Venerable Maestro Zhihan nos propone el desafío de traducir al idioma español destacadasobras del Canon Buddhista y de reconocidos maestros contemporáneos, originalmente escritas en Sánscrito, Pali, Chino, etc., enriqueciendo de este modo nuestro patrimonio cultural y permitiendo a aquellos que así lo deseen sostener la costumbre o tradición de recibir, mantener, leer, recitar y transmitir a otros los conocimientos buddhistas originales.
Con tan loable objetivo él da los primeros pasos hacia la concreción de la Fundación Bodhiyāna. Entre sus múltiples tareas dirige las traducciones al español que se van realizando y estructura las conferencias, reuniones de estudio, entrevistas personales y prácticas que brinda durante sus estadías en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La Fundación Bodhiyāna, es en sí misma el medio que le permite llevar adelante el noble proyecto de difundir el Buddhismo en idioma español.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Es pedir mucho . . . pero vale el pedido. .


Importantísimo!




Comparto completamente la idea y por eso lo mando y les pido que se unan. Como faltan unos días, agéndenlo, pongan una alarma en el celu, programen un recoratorio en la agenda del hotmail ... lo que sea, con tal de que ese día estemos en comunión para implorar por Nuestra Querida Patria y Nuestro Futuro.
No pidamos por nadie en particular ... sólo que sea lo mejor para todos, por la dignidad humana y para que quien asuma ese lugar no se olvide de su Padre Creador y de su Ley.
                                   El lunes 24 de Septiembre se le ofrecerá a Nuestra Señora de la Merced "UN MILLÓN DE ROSARIOS" pidiendo por Nuestra Querida Patria, haciéndolo en nuestros hogares y en familia, para que nos mande un Gobernante digno, capaz de llevar a Nuestra Querida Patria al destino de grandeza que merece. 

¿ Anuncian cambios en la Iglesia ?

Un argentino . . . designado por el Papa.


¡ Mons. Aguer desinado para
  integrar el próximo sínodo .

PADRES SINODALES XIII 
ASAMBLEA GENERAL ORDINARIA .
SÍNODO. 
Ciudad del Vaticano
18 septiembre 2012 (VIS)
.-El Santo Padre ha nombrado Padres sinodales della XIII Asamblea General Ordinaria del Sinodo de los Obispos que tendrá lugar en el Vaticano del 7 al 28 de octubre de 2012, y cuyo tema será 
“La nueva egangelización para la transmisión de la fe cristiana”:

-Cardenales:
-Angelo Sodano, 
decano del Colegio Cardenalicio.

-Joachim Meisner, 
arzobispo di Köln (Alemania;

-Vinko Pulji
arzobispo de Sarajevo-Vrhbosna (Bosnia y Herzegovina).

-Polycarp Pengo, 
arzobispo de Dar-es-Salaam (Tanzania) 
Presidente del Symposium des Conférences Episcopales d’Afrique et de Madagascar (S.C.E.A.M.).

-Christoph Schönborn, 
O.P., arzobispo de Wien (Austria).

-George Pell, 
arzobispo de Sydney (Australia).

-Josip Bozani?,
 arzobispo de Zagreb (Croacia).

-Péter Erd?, 
arzobispo de Esztergom-Budapest (Hungría), Presidente del Consilium Conferentiarum Episcoporum Europae (C.C.E.E.).

-Agostino Vallini
Vicario General de Su Santidad para la diócesis de Roma.

-Lluís Martínez Sistach, 
arzobispo de Barcelona (Spagna).

-André Vingt-Trois, 
arzobispo de Paris (Francia).

-Oswald Gracias, 
arzobispo de Bombay (India), 
Secretario General de la Federation of Asian Bishops’ Conferences (F.A.B.C.).

-Arzobispos:

- Francesco Moraglia, 
Patriarca de Venecia (Italia).

-John Olorunfemi Onaiyekan, 
arzobispo de Abuja (Nigeria).

-Héctor Rubén Aguer, 
arzobispo de La Plata (Argentina).

-Antonio Arregui Yarza, 
arzobispo de Guayaquil (Ecuador), 
Presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana.

-John Atcherley Dew, 
arzobispo de Wellington (Nueva Zelanda), 
Presidente de la Federation of Catholic Bishops’ Conferences of Oceania (F.C.B.C.O.).

-José Octavio Ruiz Arenas, 
arzobispo emérito de Villavicencio (Colombia); Secretario del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.

- José Horacio Gómez, 
arzobispo de Los Angeles (Estados Unidos).

-Carlos Aguiar Retes, 
arzobispo de Tlalnepantla (México), 
Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (C.E.L.AM.).

-Bernard Longley, 
arzobispo de Birmingham (Gran Bretaña).

-Ricardo Antonio Tobón Restrepo, 
arzobispo de Medellín (Colombia).

-Luis Antonio G. Tagle, 
arzobispo de Manila (Filipinas).

-Filippo Santoro, 
arzobispo de Taranto (Italia).


-Obispos:

-Javier Echevarría Rodríguez, 
Prelado de la Prelatura personal del Opus Dei.

-Dominique Rey, 
obispo de Fréjus-Toulon (Francia).

-Menghesteab Tesfamariam, 
M.C.C.J., Eparca de Asmara (Eritrea).

-Benedito Beni Dos Santos, 
obispo de Lorena (Brasil).

-Santiago Jaime Silva Retamales, 
Auxiliar de Valparaiso (Chile), 
Secretario General del Consejo Episcopal Latinoamericano (C.E.L.AM.).

-Luigi Negri, 
obispo de San Marino-Montefeltro (Italia).

-Alberto Francisco María Sanguinetti Montero, 
obispo de Canelones (Uruguay).

-Enrico Dal Covolo, 
S.D.B., Rector Magnífico de la Pontificia Universidad Lateranense de Roma.

Reverendos y padres:

-Julián Carrón, 
Presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación.

-Renato Salvatore, 
M.I., Superior General de los Clérigos Regulares Ministros de los Enfermos (Camilianos).

-Heinrich Walter, 
Superior General de los Padres de Schönstatt.

-Jose Panthaplamthottiyil, 
C.M.I., Prior General de los Carmelitas de la Bienaventurada Virgen María Inmaculada.

domingo, 16 de septiembre de 2012

La Paz , una meta a alcanzar . . .


Espiritualidad.


El Papa ...

pidió a todas las religiones 

un compromiso con la paz.




por Rome Reports.

Dr. Juan Carlo Amatucci .


Durante la mañana del sábado, Benedicto XVI se ha reunido en el Palacio presidencial de Baabda por separado y en privado con los tres líderes políticos del Líbano: el presidente de la República, del Parlamento y del Consejo de Ministros.

Después el Papa tuvo un encuentro con los líderes de las principales comunidades musulmanas del país: sunita, chiita, drusa y alauita. Le siguió otra reunión con miembros del gobierno, diplomáticos, líderes religiosos y representantes del mundo de la cultura donde el Papa pidió a todas las religiones un compromiso con la paz.

TEXTO COMPLETO:

Señor Presidente de la República, señoras y señores representantes de las autoridades parlamentarias, gubernamentales, institucionales y políticas del Líbano, señoras y señores Jefes de misión diplomática, Beatitudes, responsables religiosos, queridos hermanos en el episcopado, señoras y señores, queridos amigos

«Salàmi ō-tīkum» (Jn 14,27). 

Con estas palabras de Cristo, deseo saludaros y agradeceros vuestra acogida y vuestra presencia. Señor Presidente, le agradezco no solamente sus cordiales palabras sino también por haber permitido este encuentro. 
Acabo de plantar con vosotros un cedro del Líbano, símbolo de vuestro hermoso país. 
Al ver este arbolito y las atenciones que necesitará para fortalecerse y llegar a extender majestuosamente sus ramas, pienso en vuestro país y su destino, en los libaneses y sus esperanzas, en todas las personas de esta región del mundo que parece conocer los dolores de un alumbramiento sin fin.
He pedido a Dios que os bendiga, que bendiga al Líbano y a todos los habitantes de esta región que ha visto nacer grandes religiones y nobles culturas. 

¿Por qué ha elegido Dios esta región? 
¿Por qué vive en la turbulencia? 
Pienso que Dios la ha elegido para que sirva de ejemplo, para que dé testimonio de cara al mundo de la posibilidad que tiene el hombre de vivir concretamente su deseo de paz y reconciliación. Esta aspiración está inscrita desde siempre en el plan de Dios, que la ha grabado en el corazón del hombre. Me gustaría hablar con vosotros de la paz, pues Jesús ha dicho: «Salàmi ō-tīkum».

Un país es rico, ante todo, por las personas que viven en su seno. Su futuro depende de cada una de ellas y de su conjunto, y de su capacidad de comprometerse por la paz. Este compromiso sólo será posible en una sociedad unida. Sin embargo, la unidad no es uniformidad. La cohesión de la sociedad está asegurada por el respeto constante de la dignidad de cada persona y su participación responsable según sus capacidades, aportando lo mejor que tiene. Con el fin de asegurar el dinamismo necesario para construir y consolidar la paz, hay que volver incansablemente a los fundamentos del ser humano. La dignidad del hombre es inseparable del carácter sagrado de la vida que el Creador nos ha dado. En el designio de Dios, cada persona es única e irremplazable. Viene al mundo en una familia, que es su primer lugar de humanización y, sobre todo, la primera que educa a la paz.

Para construir la paz, nuestra atención debe dirigirse a la familia para facilitar su cometido, y apoyarla, promoviendo de este modo por doquier una cultura de la vida. La eficacia del compromiso por la paz depende de la concepción que el mundo tenga de la vida humana. Si queremos la paz, defendamos la vida. Esta lógica no solamente descalifica la guerra y los actos terroristas, sino también todo atentado contra la vida del ser humano, criatura querida por Dios. La indiferencia o la negación de lo que constituye la verdadera naturaleza del hombre impide que se respete esta gramática que es la ley natural inscrita en el corazón humano (cf. Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2007, 3). La grandeza y la razón de ser de toda persona sólo se encuentra en Dios. Así, el reconocimiento incondicional de la dignidad de todo ser humano, de cada uno de nosotros, y la del carácter sagrado de la vida, comportan la responsabilidad de todos ante Dios. Por tanto, debemos unir nuestras fuerzas para desarrollar una sana antropología que integre la unidad de la persona. Sin ella, no será posible construir la paz verdadera.

Aún siendo más evidentes en los países que sufren conflictos armados –esas guerras llenas de vanidad y de horror-, los atentados contra la integridad y la vida de las personas existen también en otros países. El desempleo, la pobreza, la corrupción, las distintas adicciones, la explotación, el tráfico de todo tipo y el terrorismo comportan, además del sufrimiento inaceptable de los que son sus víctimas, un deterioro del potencial humano. La lógica económica y financiera quiere imponer sin cesar su yugo y hacer que prime el tener sobre el ser. Pero la pérdida de cada vida humana es una pérdida para la humanidad entera. Ésta es una gran familia de la que todos somos responsables.

Ciertas ideologías, cuestionando directa o indirectamente, e incluso legalmente, el valor inalienable de toda persona y el fundamento natural de la familia, socavan las bases de la sociedad. Debemos ser conscientes de estos ataques contra la construcción y la armonía del vivir juntos. Sólo una solidaridad efectiva constituye el antídoto a todo esto. Solidaridad para rechazar lo que impide el respeto de todo ser humano, solidaridad para apoyar las políticas y las iniciativas que actúan para unir los pueblos de modo honesto y justo. Es grato ver los gestos de colaboración y verdadero diálogo que construyen una nueva manera de vivir juntos. Una mejor calidad de vida y de desarrollo integral sólo es posible compartiendo las riquezas y las competencias, respetando la identidad de cada uno. Pero un modo de vida como éste, compartido, sereno y dinámico, únicamente es posible confiando en el otro, quienquiera que sea. Hoy, las diferencias culturales, sociales, religiosas, deben llevar a vivir un tipo nuevo de fraternidad, donde lo que une es justamente el común sentido de la grandeza de toda persona, y el don que representa para ella misma, para los otros y para la humanidad. En esto se encuentra el camino de la paz. En ello reside el compromiso que se nos pide. Ahí está la orientación que debe presidir las opciones políticas y económicas, en cualquier nivel y a escala mundial.

Para abrir a las generaciones futuras un porvenir de paz, la primera tarea es la de educar en la paz, para construir una cultura de paz. La educación, en la familia o en la escuela, debe ser sobre todo la educación en los valores espirituales que dan a la transmisión del saber y de las tradiciones de una cultura su sentido y su fuerza. El espíritu humano tiene el sentido innato de la belleza, del bien y la verdad. Es el sello de lo divino, la marca de Dios en él. De esta aspiración universal se desprende una concepción moral sólida y justa, que pone siempre a la persona en el centro. Pero el hombre sólo puede convertirse al bien de manera libre, ya que «la dignidad del hombre requiere, en efecto, que actúe según una elección consciente y libre, es decir, movido e inducido personalmente desde dentro y no bajo la presión de un ciego impulso interior o de la mera coacción externa» (Gaudium et spes, 17). La tarea de la educación es la de acompañar la maduración de la capacidad de tomar opciones libres y justas, que puedan ir a contracorriente de las opiniones dominantes, las modas, las ideologías políticas y religiosas. Éste es el precio de la implantación de una cultura de la paz. Evidentemente, hay que desterrar la violencia verbal o física. Ésta es siempre un atentado contra la dignidad humana, tanto del culpable como de la víctima. Además, valorizando las obras pacíficas y su influjo en el bien común, se aumenta también el interés por la paz.

Como atestigua la historia, tales gestas de paz tienen un papel considerable en la vida social, nacional e internacional. La educación en la paz formará así hombres y mujeres generosos y rectos, atentos a todos y, de modo particular, a las personas más débiles. Pensamientos de paz, palabras de paz y gestos de paz crean una atmósfera de respeto, de honestidad y cordialidad, donde las faltas y las ofensas pueden ser reconocidas con verdad para avanzar juntos hacia la reconciliación. Que los hombres de Estado y los responsables religiosos reflexionen sobre ello.

Debemos ser muy conscientes de que el mal no es una fuerza anónima que actúa en el mundo de modo impersonal o determinista. El mal, el demonio, pasa por la libertad humana, por el uso de nuestra libertad. Busca un aliado, el hombre. El mal necesita de él para desarrollarse. Así, habiendo trasgredido el primer mandamiento, el amor de Dios, trata de pervertir el segundo, el amor al prójimo. Con él, el amor al prójimo desaparece en beneficio de la mentira y la envidia, del odio y la muerte. Pero es posible no dejarse vencer por el mal y vencer el mal con el bien (cf. Rm 12,21). Estamos llamados a esta conversión del corazón. Sin ella, las tan deseadas “liberaciones” humanas defraudan, puesto que se mueven en el reducido espacio que concede la estrechez del espíritu humano, su dureza, sus intolerancias, sus favoritismos, sus deseos de revancha y sus pulsiones de muerte. Se necesita la transformación profunda del espíritu y el corazón para encontrar una verdadera clarividencia e imparcialidad, el sentido profundo de la justicia y el del bien común. Una mirada nueva y más libre hará que sea posible analizar y poner en cuestión los sistemas humanos que llevan a un callejón sin salida, con la finalidad de avanzar, teniendo en cuenta el pasado, con sus efectos devastadores, para no volver a repetirlo. Esta conversión que se requiere es exaltante, pues abre nuevas posibilidades, al despertar los innumerables recursos que anidan en el corazón de tantos hombres y mujeres deseosos de vivir en paz y dispuestos a comprometerse por ella. Pero es particularmente exigente: hay que decir no a la venganza, hay que reconocer las propias culpas, aceptar las disculpas sin exigirlas y, en fin, perdonar. Puesto que sólo el perdón ofrecido y recibido pone los fundamentos estables de la reconciliación y la paz para todos (cf. Rm 12,16b.18).

Sólo entonces podrá crecer el buen entendimiento entre las culturas y las religiones, la consideración sin conmiseración de unos por otros y el respeto de los derechos de cada uno. En el Líbano, el cristianismo y el Islam habitan el mismo espacio desde hace siglos. No es raro ver en la misma familia las dos religiones. Si en una misma familia es posible, ¿por qué no lo puede ser con respecto al conjunto de la sociedad? Lo específico de Oriente Medio se encuentra en la mezcla de diversos componentes. Es cierto que se han combatido, desgraciadamente es así. Una sociedad plural sólo existe con el respeto recíproco, con el deseo de conocer al otro y del diálogo continuo. Este diálogo entre los hombres es posible únicamente siendo conscientes de que existen valores comunes a todas las grandes culturas, porque están enraizadas en la naturaleza de la persona humana. Estos valores que están como subyacentes, manifiestan los rasgos auténticos y característicos de la humanidad. Pertenecen a los derechos de todo ser humano. Con la afirmación de su existencia, las diferentes religiones ofrecen una aportación decisiva.

No olvidemos que la libertad religiosa es el derecho fundamental del que dependen muchos otros. Profesar y vivir libremente la propia religión, sin poner en peligro su vida y su libertad, ha de ser posible para cualquiera. La pérdida o el debilitamiento de esta libertad priva a la persona del derecho sagrado a una vida íntegra en el plano espiritual. La así llamada tolerancia no elimina las discriminaciones, sino que a veces incluso las reafirma. Y sin la apertura a lo trascendente, que permite encontrar respuestas a los interrogantes de su corazón sobre el sentido de la vida y la manera de vivir moralmente, el hombre se hace incapaz de actuar con justicia y de comprometerse por la paz. La libertad religiosa tiene una dimensión social y política indispensable para la paz. Ella promueve una coexistencia y una vida armoniosa a causa del compromiso común al servicio de causas nobles y de la búsqueda de la verdad que no se impone por la violencia sino por «la fuerza de la misma verdad» (Dignitatis humanae, 1), la Verdad que está en Dios. Puesto que la creencia vivida lleva invariablemente al amor. La creencia auténtica no puede llevar a la muerte. El artífice de la paz es humilde y justo. Los creyentes tienen hoy, por tanto, un papel esencial, el de testimoniar la paz que viene de Dios y que es un don que se da a todos en la vida personal, familiar, social, política y económica (cf. Mt 5,9; Heb 12,14). No se puede consentir que el mal triunfe por la pasividad de los hombres de bien. Sería peor que no hacer nada.

Estas reflexiones sobre la paz, la sociedad, la dignidad de la persona, sobre los valores de la familia y la vida, sobre el diálogo y la solidaridad no pueden quedar como el simple enunciado de ideas. Pueden y deben ser vividas. Estamos en el Líbano y aquí es donde han de vivirse. El Líbano está llamado, ahora más que nunca, a ser un ejemplo. Políticos, diplomáticos, religiosos, hombres y mujeres del mundo de la cultura, os invito, pues, a dar testimonio con valor en vuestro entorno, a tiempo y a destiempo, de que Dios quiere la paz, que Dios nos confía la paz. «Salàmi ō-tīkum» (Jn 14,27), dice Cristo. Que Dios os bendiga. Gracias.