2014
Carta al Papa de un preso político.
Asunto: Muy fuerte, pero hay que leerlo!
Marcos Paz, octubre de 2014
S S Papa Francisco
Ciudad del Vaticano
ROMA
Pedro César GUERRERO, Doc. Nac. de
Identidad N° 14045001, alojado en el Complejo Penitenciario Federal II de
Marcos Paz, provincia de Buenos Aires, República Argentina, me dirijo a SS
profundamente conmovido en mi condición de preso político, por sus palabras que
recoge un artículo periodístico referido al acto que se llevara a cabo en la
Plaza San Pedro el 28/09/14, en celebración de la Fiesta de los Abuelos.
A cada instante recuerdo, entre otros
pensamientos suyos en ese encuentro, cuando manifestó:
“los abuelos son como árboles vivos, que también en la vejez no dejan
de dar frutos”.
Nadie puede dejar de compartir su
anhelo, cuando auspició que se construyan casas para ancianos “…pero que sean
verdaderas casas y no prisiones.
Y que sean para los ancianos,
no para los intereses de algún otro, no institutos donde los ancianos viven
olvidados y escondidos”
Todas estas frases dichas por S S, me
llevan a pensar y a hacerme preguntas respecto de las cuales me gustaría que el
Padre de la Iglesia, iluminado por el Espíritu Santo, me ayude a encontrar respuestas.
Soy un preso político que se encuentra
detenido en este Complejo Penitenciario Federal II, desde el 04/11/2008, por
presuntos hechos tipificados como “delitos de lesa humanidad”, los que habrían
sido cometidos en la década de 1970.
S S, creo que por toda la información
que Ud. posee y sigue recibiendo, no hace falta detallar en inventario de las
violaciones jurídicas que la Justicia Federal Argentina ha cometido (y sigue
cometiendo) en perjuicio de más de 1.800 ( un mil ochocientos) presos políticos,
avasallando derechos constitucionales y procesales y. lo que es más grave,
también aquellos derechos establecidos por los Pactos y Tratados
internacionales que la Argentina ha firmado y asumido libremente.
Pero lo que me impulsa a enviarle este
mensaje, no es tanto la denuncia de la aberración jurídica, sino las
permanentes violaciones a los Derechos Humanos de los Presos Políticos y de sus
familiares, sometidos permanentemente a la arbitrariedad, humillaciones,
persecución y hasta amenazas por parte de grupos políticos financiados
(escandalosamente, por cierto) y dirigidos por funcionarios del gobierno.
El promedio de edad de los más de 1.800
presos políticos de las distintas Fuerzas Armadas (Ejército, Marina y
Aeronáutica), Fuerzas de Seguridad (Gendarmería y Prefectura), Fuerzas
Policiales (Federal y Provinciales) y civiles, supera los 70 (setenta) años. Es
decir, que la abrumadora mayoría (75 al 80% de los presos políticos) es gente
anciana.
En los 5 años y 11 meses de detención
que llevo cumplidos, me he sentido en incontables oportunidades (y aún me
siento), torturado por el espectáculo diario de ancianos mayores de 80
(ochenta) años, o algo menores pero con movilidad limitada por sus dolencias
físicas, que son llevados a comparecer ante los distintos Juzgados o para
asistir a los debates orales y públicos en condiciones de tormento.
Los traslados para comparendos
judiciales, como las salidas sanitarias, comienzan a las 04:30 hs. y el
regreso, en el mejor de los casos, se efectiviza después de las 18:00hs.
Pero
en muchas oportunidades recién se producen a las 00:00 hs., o aún alrededor de
la 01:00 hs. del día siguiente, sin importar que luego, a las 04:30 hs. tenga
que salir nuevamente.
Y esto sucede mientras en realidad, en la mayoría de los
casos, ya en horas de la mañana habían terminado su trámite de comparendo.
A estos comparendos (o consultas
médicas) son llevados esposados, con gran riesgo de lesiones, en vehículos
inadecuados aún para personas jóvenes, normalmente sin calefacción ni aire
acondicionado y, en todo ese tiempo con escasa o nula alimentación y provisión
de agua.
Pregunto a S S: ¿No parece este cruel
tratamiento enderezado a la ejecución de una verdadera eutanasia?
Se me caen lágrimas de impotencia cuando
recuerdo a muchos de esos ancianos, suplicar a los guardias para ser asistidos
por alguna dolencia, o reclamar una medicación específica y urgente, que le
habían prescripto 48 o 72 horas antes.
Pregunto a S S:
¿No constituye este
abandono de persona, parte de un plan sistemático de eutanasia?
Cuando se logra conseguir un turno para
realizar una consulta médica extramuros con un especialista o para realizar un
estudio determinado, en un altísimo porcentaje se llega tarde y se pierde el
turno…, a pesar de haber salido a las 04:30 hs. del Complejo Penitenciario.
Parece una broma de mal gusto lo que estoy narrando pero no es más que una
muestra de la cruda realidad que estamos padeciendo.
Esta situación es perfectamente conocida
por el Poder Judicial de la Nación, que no interviene porque es “política de
Estado”.
A los presos políticos que pagan
puntualmente su Obra Médica Social, les corresponde ser atendidos en los
hospitales de cada Fuerza (Militar, Naval, Aeronáutico, Policial, etc.); pero
por un acuerdo criminal entre el Ministerio de Defensa y el de Justicia, se
prohibió a esos centros de salud que puedan atender a imputados por “delitos de
lesa humanidad“.
Esta decisión tomó estado público pero
se sigue aplicando con todo rigor aún después de todas las denuncias y recursos
presentados los que, invariablemente, fueron desestimados por presión política
de la Presidente de la Nación y los jueces que entienden en las causa caratuladas
de “lesa humanidad”.
Pregunto a S S: ¿Esta no es una política
dirigida claramente a cometer eutanasia?
Para los presos políticos la atención
médica resulta una parodia. Por ejemplo, para que se me proveyeran los anteojos
que necesitaba imperiosamente a fin de poder leer por mi mismo los escritos judiciales
donde se jugaba mi destino como preso político, he debido suplicar durante un
año y dos meses.
Esta situación no era desconocida para la procuración
Penitenciaria ni para la Comisión de Cárceles pero, al parecer, también los
comprende a ellos la punición infinita que promueve la “política de Estado” que
impulsa el actual régimen encaramado en el gobierno de mi país.
Por todo lo expuesto, me permito
adjuntar a la presente una copia xerográfica de lo denunciado ante la Fiscalía
de la Corte Penal Internacional con fecha junio del corriente año, donde S S
podrá leer en párrafo resaltado un reflejo de su inspirada sentencia: “El
abandono de los ancianos es una eutanasia disimulada”.
Me parece apropiado destacar que en esa
fecha (junio 2014) ya sumaban 235 (doscientos treinta y cinco) los muertos en
cautiverio.
Como resultado eficiente de la “política de Estado” que promueven y
ejecutan algunos de los que frecuentemente se sientan a su mesa, al 06 de
octubre los muertos habían llegado a la cantidad de 254 (doscientos cincuenta y
cuatro).
Esta denuncia aún espera respuesta.
Quiero informar a S S que en la Fiscalía
de la Corte Penal Internacional tengo asignada, por otra denuncia que presenté
el año pasado, la identificación OTP-CR-365/13. Respecto de lo denunciado por
mi en ese expediente, no niegan que el estado Argentino comete delito, pero
alegan que esa Corte no tiene jurisdicción.
También podrá apreciar en el escrito
adjunto que las muertes y el marcado abandono de persona (la “eutanasia escondida”
que S S denuncia) pasan sin la menor señal de alarma o propósito de
intervención de mimgún organismo jurisdiccional- local o internacional- de todo
lo cual resultan responsables la Sra. Presidente de la Nación, la mayoría de
los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los Jueces
federales que entienden en las causas de “lesa humanidad” y, por lógica
consecuencia también el Congreso de la Nación por ser el organismo de control
constitucional sobre el orden jurídico válido establecido.
Si la Iglesia sabe que en Argentina, un
grupo de más de 1.800 ancianos presos políticos están sometidos a una eutanasia
escondida por parte del Estado, me pregunto:
¿Por qué la Iglesia no confecciona un
documento específico para denunciar esta cruel matanza?
¿Por qué la Iglesia no solicita a los
organismos internacionales (como la Comisión de DD.HH. de la ONU) que visite
los lugares de detención y entreviste a los ancianos presos políticos
ilegalmente detenidos?
¿Por qué la Iglesia no pide al Fiscal de
la Corte Penal Internacional que abra una investigación respecto de las
violaciones na los DD.HH. por parte del estado Argentino, contra un grupo
nacional claramente discriminado de la población?
S S ejerció su ministerio en Argentina
en la década del ’70. En nuestro país se vivió una guerra muy triste porque fue
entre connacionales y que provocó la caída del gobierno constitucional.
Ahora
que hemos vuelto a la democracia debemos hacer lo necesario para conservarla
superando los viejos conflictos para enfrentar los nuevos desafíos y peligros
que enfrenta, no solo la Argentina, sino ya todo el planeta.
Debemos luchar primero por la
reconciliación y la concordia entre los argentinos, pero con justicia.
No con
la que utiliza el régimen porque está enferma de odio, venganza, resentimiento,
corrupción, prevaricato y deshonor entre otros males.
Aristóteles y Santo Tomás
de Aquino sostuvieron, cada uno a su tiempo, que la “idea” de estado es la
“idea” de Justicia.
Es el concepto moral más elevado que conozco, respecto de
la sociedad políticamente organizada.
Cuanta razón le asiste a S S cuando
dice:
“…un pueblo que no protege a
sus abuelos y no los trata bien, es un pueblo que no tiene futuro.
No tiene
futuro porque pierde la memoria y se separa de sus raíces”
Aquí en Argentina, este gobierno trata
de confundir la memoria colectiva para lo cual tergiversa completamente la
historia y los valores de sus protagonistas.
No se puede negar la guerra que
nos impusieron ni la gravedad de los hechos cometidos por ambos bandos, pero
que son responsabilidad principal de agresor (Rusia, Cuba y los mercenarios
locales). Nada habría sucedido si no nos hubiesen invadido para apoderarse de
nuestro país y de nuestro pueblo. S S estaba aquí.
S S sabe, como pastor de hombres, que el
silencio confunde y duele.
Le suplico que nos haga oír su voz.
Me despido de S S rezando un
Padrenuestro, que es la más bella declaración de amor y sumisión a Dios que yo
conozco y pidiendo al Espíritu Santo que lo ilumine para que quiera
obsequiarme, de su sabiduría, las respuestas que necesito para mis preguntas.
Con mi Fe en Jesús y mi Esperanza en S
S, le pido humildemente su bendición para mí, para todos los presos políticos
argentinos y para nuestras familias.
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Buen Día Noticia, no toma partido, ni juzga las actitudes del Santo Padre.
Pero sin dudas el contenido de la carta , es de tal impacto emocional, que no puedo menos que someterla al juicio de cada lector.
Si no publicara esta carta, sentiría que coarté la Libertad de decir, proclamar, contar y peticionar de cada ciudadano.
En el texto no hay agresión ni palabras que ataquen la dignidad del PAPA.
Y queda siempre la posibilidad de responder por este mismo medio.
Las respuestas posibles deben ser enviadas al Mail:
pachecoproducciones@hotmail.com.ar
El Director.