CONFRATERNIDAD
ARGENTINA
JUDEO-CRISTIANA.
¡ Jag Sameaj Pesaj! ¡Feliz Pascua de Resurrección!
HAG SAMEAJ PESAJ!!!!!!!!!!
Rabino Sergio Bergman
Itongadol.-
¿Quién no tiene dulces recuerdos
de una noche de Seder?
Las comidas típicas, el olor, el sabor, los colores que
condimentan una vida y no sólo una mesa.
Sin embargo, Pesaj es una festividad
que no se agota en el recuerdo sino en la acción liberadora.
Llamamos acción liberadora desde nuestra visión religiosa liberal, a una acción espiritual que lejos de estar vinculada a acciones políticas pretende unir la fe con el testimonio de una realidad concreta que nos compete. El Seder y la celebración fueron y son sumamente importantes, no sólo para Pesaj, sino que a partir de Pesaj, tengamos y hagamos de este año, un año pleno de compromiso de ser activos agentes liberadores.
Los símbolos de la tradición son medios y no fines en si mismos, por intermedio de los cuales mediatizamos una acción concreta que intenta modificar modesta y parcialmente una realidad cotidiana, en la que lo judaico no es ajeno o distante.
Vivir judaicamente desde esta concepción, implica una constante actitud hacia la vida, distante de la repetición y cercana a la búsqueda de sentido que se activa en el vivir en Comunidad.
Llamamos acción liberadora desde nuestra visión religiosa liberal, a una acción espiritual que lejos de estar vinculada a acciones políticas pretende unir la fe con el testimonio de una realidad concreta que nos compete. El Seder y la celebración fueron y son sumamente importantes, no sólo para Pesaj, sino que a partir de Pesaj, tengamos y hagamos de este año, un año pleno de compromiso de ser activos agentes liberadores.
Los símbolos de la tradición son medios y no fines en si mismos, por intermedio de los cuales mediatizamos una acción concreta que intenta modificar modesta y parcialmente una realidad cotidiana, en la que lo judaico no es ajeno o distante.
Vivir judaicamente desde esta concepción, implica una constante actitud hacia la vida, distante de la repetición y cercana a la búsqueda de sentido que se activa en el vivir en Comunidad.
Pesaj es el recuerdo de nuestra
liberación como pueblo.
Es un pilar fundante de la memoria colectiva que nos
prescribe que nosotros fuimos liberados y que salimos de Egipto en cada
generación.
A pesar de esta celebración del recuerdo, Pesaj no sería completo si se agota sólo en este aspecto de recuperación del pasado.
A pesar de esta celebración del recuerdo, Pesaj no sería completo si se agota sólo en este aspecto de recuperación del pasado.
Pesaj orienta el
pasado, lo proyecta, lo renueva en la acción del presente que deberemos realizar
a fin de ser liberadores y liberados a partir del espíritu trascendente que
Di-s nos significa.
Salir del Egipto de nuestra generación, significa vivir
activamente en compromiso por un sentido judaico de nuestras existencias.
Celebramos en estos días la redención como memoria y la comprometemos como presente, en la obra de nuestro ser.
Celebramos en estos días la redención como memoria y la comprometemos como presente, en la obra de nuestro ser.
Redención judía, por la
celebración del éxodo en el que cada generación debe verse saliendo de Egipto
hoy como ayer, liberándose de las actuales opresiones y velando por la libertad
del ser humano; fiesta de la primavera para un nuevo renacer en la imagen y
semejanza de lo divino y en la bendición del suelo que dé sustento a nuestro
ser.
Estas Pascuas, tan judías y tan cristianas, tienen la celebración común de lo mesiánico.
Estas Pascuas, tan judías y tan cristianas, tienen la celebración común de lo mesiánico.
Implican redimir el mundo y lo humano en imagen y
semejanza de lo divino.
Son una celebración del tronco común judeocristiano, en el que podemos ver la raíz profunda que compartimos, mas allá de las ramas que dieron diferentes frutos para una misma cosecha, la de la gran familia que somos.
Juntos rezamos y trabajamos por hacer mesiánico un nuevo tiempo donde el amor, la justicia y la paz nos encuentren celebrando como hermanos.
FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!
P. Tony Fidalgo CSsR. Roma 2015
Semana santa – Pascua de Resurrección
«El primer día de la semana… aún no habían entendido aquel pasaje
donde se dice que tenía que resucitar de la muerte»
Semana santa, días para transitar, atravesar y, por sobre todo, para habitar y ser habitados. El Misterio de la Vida se bate casi a duelo con el misterio de la muerte; El pesimismo más craso con la esperanza más lúcida y tenaz; El egoísmo autorreferencial con la donación comunional; La alianza de las iniquidades más retorcidas con el amor más libre y gratuito jamás visto.
Dolores propios y ajenos, desilusiones, traiciones, impotencias se agolpan en el calvario cotidiano, resuenan voces de rencores, odios, risas socarronas y ensañamientos varios. Pero detrás, como un aliento inquebrantable, surge la voz agónica y creyente, que es capaz de decir, casi al mismo tiempo, «Padre, aleja de mí esta hora» «Padre que se haga tú voluntad y no la mía»; la voz profunda del amor, ese que siempre da lugar al perdón «Padre perdónalos porque no saben lo que hacen»; la voz de la confianza que en la duda sigue apostando por lo que siempre fue su credo «Padre por qué me has abandonado» «en tus manos encomiendo mi espíritu». De este drama, hacemos memoria, esta vía es la que queremos aprehender a transitar, a habitar.
Muerte y Resurrección, triunfo de la vida sobre la muerte, del bien sobre el mal. Una realidad y una promesa. Una nueva forma de entender y de encaminar la historia. El primer día de la nueva semana se ha abierto, estamos en él, este es nuestro tiempo oportuno para descubrir que la historia ha abierto sus entrañas a una novedad sin límites ni retaceos. Pero, ¿hemos comprendido qué significa esto? ¿Será que aún estamos «en tinieblas», será que no creemos en verdad en la fuerza transformadora de la presencia nueva del Dios de la Vidaen nuestras vidas de cada día?
Tiempo de conversión, de redención, de liberación, para sanar, soltar, y dar algún que otro paso nuevo de amor y de libertad. Cada uno/a, en familia y en comunidad, tomemos consciencia y decidamos cuál paso dar, no será todo, pero será algo que se suma a la fuerza inquebrantable de la vida nueva que no se resigna a ser traicionada.
¿Traición más muerte o Comunión más vida? Hagamos memoria, celebremos, pero dejemos que el Misterio nos habite tan hondo que seamos capaces de habitar de otro modo esta nuestra historia peregrina. Mamá María, virgen de los dolores y madre de la esperanza, sostenga nuestro andar y nos ayude a celebrar y proclamar con gestos concretos la Pascua de resurrección.
¡Feliz Pascua! Un gran Abrazo, cariños y bendiciones.
Semana santa, días para transitar, atravesar y, por sobre todo, para habitar y ser habitados. El Misterio de la Vida se bate casi a duelo con el misterio de la muerte; El pesimismo más craso con la esperanza más lúcida y tenaz; El egoísmo autorreferencial con la donación comunional; La alianza de las iniquidades más retorcidas con el amor más libre y gratuito jamás visto.
Dolores propios y ajenos, desilusiones, traiciones, impotencias se agolpan en el calvario cotidiano, resuenan voces de rencores, odios, risas socarronas y ensañamientos varios. Pero detrás, como un aliento inquebrantable, surge la voz agónica y creyente, que es capaz de decir, casi al mismo tiempo, «Padre, aleja de mí esta hora» «Padre que se haga tú voluntad y no la mía»; la voz profunda del amor, ese que siempre da lugar al perdón «Padre perdónalos porque no saben lo que hacen»; la voz de la confianza que en la duda sigue apostando por lo que siempre fue su credo «Padre por qué me has abandonado» «en tus manos encomiendo mi espíritu». De este drama, hacemos memoria, esta vía es la que queremos aprehender a transitar, a habitar.
Muerte y Resurrección, triunfo de la vida sobre la muerte, del bien sobre el mal. Una realidad y una promesa. Una nueva forma de entender y de encaminar la historia. El primer día de la nueva semana se ha abierto, estamos en él, este es nuestro tiempo oportuno para descubrir que la historia ha abierto sus entrañas a una novedad sin límites ni retaceos. Pero, ¿hemos comprendido qué significa esto? ¿Será que aún estamos «en tinieblas», será que no creemos en verdad en la fuerza transformadora de la presencia nueva del Dios de la Vidaen nuestras vidas de cada día?
Tiempo de conversión, de redención, de liberación, para sanar, soltar, y dar algún que otro paso nuevo de amor y de libertad. Cada uno/a, en familia y en comunidad, tomemos consciencia y decidamos cuál paso dar, no será todo, pero será algo que se suma a la fuerza inquebrantable de la vida nueva que no se resigna a ser traicionada.
¿Traición más muerte o Comunión más vida? Hagamos memoria, celebremos, pero dejemos que el Misterio nos habite tan hondo que seamos capaces de habitar de otro modo esta nuestra historia peregrina. Mamá María, virgen de los dolores y madre de la esperanza, sostenga nuestro andar y nos ayude a celebrar y proclamar con gestos concretos la Pascua de resurrección.
¡Feliz Pascua! Un gran Abrazo, cariños y bendiciones.
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