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miércoles, 5 de noviembre de 2014

Peticionar. . .

2014

Carta al Papa de un preso político‏.


Asunto:     Muy fuerte, pero hay que leerlo!
 Marcos Paz, octubre de 2014
 S S Papa Francisco
 Ciudad del Vaticano
 
ROMA

 Pedro César GUERRERO, Doc. Nac. de Identidad N° 14045001, alojado en el Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz, provincia de Buenos Aires, República Argentina, me dirijo a SS profundamente conmovido en mi condición de preso político, por sus palabras que recoge un artículo periodístico referido al acto que se llevara a cabo en la Plaza San Pedro el 28/09/14, en celebración de la Fiesta de los Abuelos.
 A cada instante recuerdo, entre otros pensamientos suyos en ese encuentro, cuando manifestó
“los abuelos son como árboles vivos, que también en la vejez no dejan de dar frutos”.
 Nadie puede dejar de compartir su anhelo, cuando auspició que se construyan casas para ancianos “…pero que sean verdaderas casas y no prisiones.
Y que sean para los ancianos, no para los intereses de algún otro, no institutos donde los ancianos viven olvidados y escondidos”

 Todas estas frases dichas por S S, me llevan a pensar y a hacerme preguntas respecto de las cuales me gustaría que el Padre de la Iglesia, iluminado por el Espíritu Santo, me ayude a encontrar respuestas.
 Soy un preso político que se encuentra detenido en este Complejo Penitenciario Federal II, desde el 04/11/2008, por presuntos hechos tipificados como “delitos de lesa humanidad”, los que habrían sido cometidos en la década de 1970.

 S S, creo que por toda la información que Ud. posee y sigue recibiendo, no hace falta detallar en inventario de las violaciones jurídicas que la Justicia Federal Argentina ha cometido (y sigue cometiendo) en perjuicio de más de 1.800 ( un mil ochocientos) presos políticos, avasallando derechos constitucionales y procesales y. lo que es más grave, también aquellos derechos establecidos por los Pactos y Tratados internacionales que la Argentina ha firmado y asumido libremente.

 Pero lo que me impulsa a enviarle este mensaje, no es tanto la denuncia de la aberración jurídica, sino las permanentes violaciones a los Derechos Humanos de los Presos Políticos y de sus familiares, sometidos permanentemente a la arbitrariedad, humillaciones, persecución y hasta amenazas por parte de grupos políticos financiados (escandalosamente, por cierto) y dirigidos por funcionarios del gobierno.
 El promedio de edad de los más de 1.800 presos políticos de las distintas Fuerzas Armadas (Ejército, Marina y Aeronáutica), Fuerzas de Seguridad (Gendarmería y Prefectura), Fuerzas Policiales (Federal y Provinciales) y civiles, supera los 70 (setenta) años. Es decir, que la abrumadora mayoría (75 al 80% de los presos políticos) es gente anciana.

 En los 5 años y 11 meses de detención que llevo cumplidos, me he sentido en incontables oportunidades (y aún me siento), torturado por el espectáculo diario de ancianos mayores de 80 (ochenta) años, o algo menores pero con movilidad limitada por sus dolencias físicas, que son llevados a comparecer ante los distintos Juzgados o para asistir a los debates orales y públicos en condiciones de tormento.

 Los traslados para comparendos judiciales, como las salidas sanitarias, comienzan a las 04:30 hs. y el regreso, en el mejor de los casos, se efectiviza después de las 18:00hs. 

Pero en muchas oportunidades recién se producen a las 00:00 hs., o aún alrededor de la 01:00 hs. del día siguiente, sin importar que luego, a las 04:30 hs. tenga que salir nuevamente. 
Y esto sucede mientras en realidad, en la mayoría de los casos, ya en horas de la mañana habían terminado su trámite de comparendo.

 A estos comparendos (o consultas médicas) son llevados esposados, con gran riesgo de lesiones, en vehículos inadecuados aún para personas jóvenes, normalmente sin calefacción ni aire acondicionado y, en todo ese tiempo con escasa o nula alimentación y provisión de agua.

 Pregunto a S S: ¿No parece este cruel tratamiento enderezado a la ejecución de una verdadera eutanasia?

 Se me caen lágrimas de impotencia cuando recuerdo a muchos de esos ancianos, suplicar a los guardias para ser asistidos por alguna dolencia, o reclamar una medicación específica y urgente, que le habían prescripto 48 o 72 horas antes.

 Pregunto a S S: 

¿No constituye este abandono de persona, parte de un plan sistemático de eutanasia?
 Cuando se logra conseguir un turno para realizar una consulta médica extramuros con un especialista o para realizar un estudio determinado, en un altísimo porcentaje se llega tarde y se pierde el turno…, a pesar de haber salido a las 04:30 hs. del Complejo Penitenciario. Parece una broma de mal gusto lo que estoy narrando pero no es más que una muestra de la cruda realidad que estamos padeciendo.
 Esta situación es perfectamente conocida por el Poder Judicial de la Nación, que no interviene porque es “política de Estado”.

 A los presos políticos que pagan puntualmente su Obra Médica Social, les corresponde ser atendidos en los hospitales de cada Fuerza (Militar, Naval, Aeronáutico, Policial, etc.); pero por un acuerdo criminal entre el Ministerio de Defensa y el de Justicia, se prohibió a esos centros de salud que puedan atender a imputados por “delitos de lesa humanidad“.
 Esta decisión tomó estado público pero se sigue aplicando con todo rigor aún después de todas las denuncias y recursos presentados los que, invariablemente, fueron desestimados por presión política de la Presidente de la Nación y los jueces que entienden en las causa caratuladas de “lesa humanidad”.

 Pregunto a S S: ¿Esta no es una política dirigida claramente a cometer eutanasia?
 Para los presos políticos la atención médica resulta una parodia. Por ejemplo, para que se me proveyeran los anteojos que necesitaba imperiosamente a fin de poder leer por mi mismo los escritos judiciales donde se jugaba mi destino como preso político, he debido suplicar durante un año y dos meses. 

Esta situación no era desconocida para la procuración Penitenciaria ni para la Comisión de Cárceles pero, al parecer, también los comprende a ellos la punición infinita que promueve la “política de Estado” que impulsa el actual régimen encaramado en el gobierno de mi país.

 Por todo lo expuesto, me permito adjuntar a la presente una copia xerográfica de lo denunciado ante la Fiscalía de la Corte Penal Internacional con fecha junio del corriente año, donde S S podrá leer en párrafo resaltado un reflejo de su inspirada sentencia: “El abandono de los ancianos es una eutanasia disimulada”.

 Me parece apropiado destacar que en esa fecha (junio 2014) ya sumaban 235 (doscientos treinta y cinco) los muertos en cautiverio. 

Como resultado eficiente de la “política de Estado” que promueven y ejecutan algunos de los que frecuentemente se sientan a su mesa, al 06 de octubre los muertos habían llegado a la cantidad de 254 (doscientos cincuenta y cuatro). 
Esta denuncia aún espera respuesta.

 Quiero informar a S S que en la Fiscalía de la Corte Penal Internacional tengo asignada, por otra denuncia que presenté el año pasado, la identificación OTP-CR-365/13. Respecto de lo denunciado por mi en ese expediente, no niegan que el estado Argentino comete delito, pero alegan que esa Corte no tiene jurisdicción.
 También podrá apreciar en el escrito adjunto que las muertes y el marcado abandono de persona (la “eutanasia escondida” que S S denuncia) pasan sin la menor señal de alarma o propósito de intervención de mimgún organismo jurisdiccional- local o internacional- de todo lo cual resultan responsables la Sra. Presidente de la Nación, la mayoría de los Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los Jueces federales que entienden en las causas de “lesa humanidad” y, por lógica consecuencia también el Congreso de la Nación por ser el organismo de control constitucional sobre el orden jurídico válido establecido.
 Si la Iglesia sabe que en Argentina, un grupo de más de 1.800 ancianos presos políticos están sometidos a una eutanasia escondida por parte del Estado, me pregunto:

 ¿Por qué la Iglesia no confecciona un documento específico para denunciar esta cruel matanza?
 ¿Por qué la Iglesia no solicita a los organismos internacionales (como la Comisión de DD.HH. de la ONU) que visite los lugares de detención y entreviste a los ancianos presos políticos ilegalmente detenidos?

 ¿Por qué la Iglesia no pide al Fiscal de la Corte Penal Internacional que abra una investigación respecto de las violaciones na los DD.HH. por parte del estado Argentino, contra un grupo nacional claramente discriminado de la población?
 S S ejerció su ministerio en Argentina en la década del ’70. En nuestro país se vivió una guerra muy triste porque fue entre connacionales y que provocó la caída del gobierno constitucional. 


Ahora que hemos vuelto a la democracia debemos hacer lo necesario para conservarla superando los viejos conflictos para enfrentar los nuevos desafíos y peligros que enfrenta, no solo la Argentina, sino ya todo el planeta.
 Debemos luchar primero por la reconciliación y la concordia entre los argentinos, pero con justicia. 

No con la que utiliza el régimen porque está enferma de odio, venganza, resentimiento, corrupción, prevaricato y deshonor entre otros males. 
Aristóteles y Santo Tomás de Aquino sostuvieron, cada uno a su tiempo, que la “idea” de estado es la “idea” de Justicia. 
Es el concepto moral más elevado que conozco, respecto de la sociedad políticamente organizada.
 Cuanta razón le asiste a S S cuando dice:
“…un pueblo que no protege a sus abuelos y no los trata bien, es un pueblo que no tiene futuro. 

No tiene futuro porque pierde la memoria y se separa de sus raíces”
 Aquí en Argentina, este gobierno trata de confundir la memoria colectiva para lo cual tergiversa completamente la historia y los valores de sus protagonistas. 

No se puede negar la guerra que nos impusieron ni la gravedad de los hechos cometidos por ambos bandos, pero que son responsabilidad principal de agresor (Rusia, Cuba y los mercenarios locales). Nada habría sucedido si no nos hubiesen invadido para apoderarse de nuestro país y de nuestro pueblo. S S estaba aquí.

 S S sabe, como pastor de hombres, que el silencio confunde y duele. 

Le suplico que nos haga oír su voz.

 Me despido de S S rezando un Padrenuestro, que es la más bella declaración de amor y sumisión a Dios que yo conozco y pidiendo al Espíritu Santo que lo ilumine para que quiera obsequiarme, de su sabiduría, las respuestas que necesito para mis preguntas.

 Con mi Fe en Jesús y mi Esperanza en S S, le pido humildemente su bendición para mí, para todos los presos políticos argentinos y para nuestras familias.
http://informadorpublico.com/wp-content/uploads/2014/10/firma-Guerrero.jpg

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Buen Día Noticia, no toma partido, ni juzga las actitudes del Santo Padre.
Pero sin dudas el contenido de la carta , es de tal impacto emocional, que no puedo menos que someterla al juicio de cada lector.
Si no publicara esta carta, sentiría que coarté la Libertad de decir, proclamar, contar y peticionar de cada ciudadano. 
En el texto no hay agresión ni palabras que ataquen la dignidad del PAPA.
Y queda siempre la posibilidad de responder por este mismo medio.
Las respuestas posibles  deben ser enviadas al Mail:
pachecoproducciones@hotmail.com.ar 
El Director.

domingo, 6 de julio de 2014

En Posadas.


2014


Canción 
de la 
Misa, 
Catedral 
de 
Posadas‏.





Estimado Rodolfo, tal como quedamos, te envío la canción que solemos cantar durante  la Misa.
Laura Miqueo.


MARÍA ITATÍ

Te coronaron con las estrellas.
Tuya es la luna, Madre del Sol;
de ojitos negros y tez morena;
Correntinita, Madre de Dios.
Azul el manto como tu río;
blanca mantilla de ñandutí.
Reina y Señora por cuatro siglos,
sos pura y limpia, María Itatí.

Carita de nogal,
manitos de timbó;
Chesy de los ava del viejo Yaguarón,
vos sos tierra sin mal y estás llena de Dios.
Mirá nuestra orfandad;
curá nuestro dolor;
mostranos a Jesús; danos tu bendición.

Como los indios en otros tiempos,
necesitamos saber que estás
curando el alma de nuestro pueblo
que se desangra en su identidad.
En tu silencio y entre tus manos
cabe la pena del poriahu.
Vivimos todos crucificados:
quedate cerca de nuestra cruz. 

martes, 3 de junio de 2014

Por la PAZ


2014








































EL PAPA DE LA PAZ

















 
Por Jorge R. Enríquez.

Mientras en Buenos Aires se celebraba el 25 de Mayo, un acontecimiento de notable significación se producía a miles de kilómetros.

Nuestro querido Papa Francisco, durante su histórica visita a Tierra Santa, invitó a los presidentes de Israel y Palestina a que recen con él en el Vaticano para pedir por la paz entre ambas naciones.

Los presidentes aceptaron inmediatamente la invitación y se reunirán dentro de poco tiempo en la Santa Sede, en lo que se estima como el comienzo - aunque aún no tenga ese carácter formal - de una mediación del Papa.

Nadie debe esperar una solución automática de un conflicto tan prolongado como complejo, pero es auspicioso que los líderes de Israel y Palestina hayan aceptado tan rápidamente la gestión pontificia.

El Papa pone sobre la mesa todo su prestigio. Una personalidad más cautelosa, más atenta a las cuestiones formales y protocolares, probablemente habría preferido mantenerse al margen, emitiendo cada tanto declaraciones de aliento a la paz, pero sin ponerle el cuerpo a las duras negociaciones que sobrevendrán.

Pero quienes desde hace muchos años tratamos frecuentemente al entonces Cardenal Jorge Bergoglio sabemos que no es un hombre de titubeos ni de temores frente a los riesgos. Es, por cierto, prudente y moderado, como corresponde a quien predica, con su ejemplo, el diálogo y la tolerancia; pero es también firme y corajudo, y no vacila en adoptar actitudes claras y contundentes para avanzar en pos de las metas que se traza.

Si no se tratara de Francisco, podríamos pensar que este no es más que uno de los infinitos gestos de buena voluntad que los líderes del mundo frecuentemente realizan en torno a este penoso conflicto, sin mayor compromiso ni esperanzas ciertas en sus resultados.

Sin embargo, en esta oportunidad nos atrevemos a imaginar que hay una luz al final del túnel, para usar la famosa frase del Cardenal Samoré. Los que participamos hace pocos meses del viaje a Tierra Santa y el Vaticano como parte de una delegación interreligiosa tenemos sobrados motivos para una fundada esperanza.

La paz no es algo que esté ahí afuera, esperándonos. Es una trabajosa construcción cotidiana, que debe vencer resistencias seculares y hondas desconfianzas cimentadas por guerras cruentas y por odios que nos resultan incomprensibles a quienes vivimos lejos de Medio Oriente.

Nada será fácil ni indoloro, pero ver a este argentino eminente en el centro de los esfuerzos por la paz mundial, nos vuelve a llenar de orgullo.

La enorme dimensión de la intervención del Papa en el conflicto de Medio Oriente se puede calibrar si se toma en cuenta, por ejemplo, que las autoridades de Israel y de Palestina hace mucho que no dialogan personalmente.

Ni siquiera cuando el año pasado el Secretario de Estado norteamericano, John Kerry, realizó gestiones en pos de un acuerdo los líderes de ambas naciones se encontraron.

Por eso, entre otras cosas, la presencia de Simon Peres y de Mahmud Abbas el próximo 8 de junio en el Vaticano, junto a Francisco, tendrá un carácter histórico.

El Papa no alcanza este primer objetivo solo por mero voluntarismo o por el extraordinario imán de su figura. Ha trabajado, además, intensamente desde hace muchos años, cuando era Arzobispo de Buenos Aires, para que las grandes religiones monoteístas privilegiaran sus denominadores comunes y, lo que es más importante, que sus dirigentes se conocieran y conversaran amigablemente.

Fruto de esa paciente labor es el Diálogo Interreligioso. Las autoridades religiosas del judaísmo y del islamismo ven en Francisco un amigo, confían profundamente en él y le reconocen una autoridad moral indisputable.

De ningún líder mundial, por importante que sea, puede decirse lo mismo. Y no por defectos personales de esos líderes, sino porque el Papa puede situarse por encima de las inevitables confrontaciones de intereses.

Pero es cierto que otros han tenido esa ubicación y no la pudieron aprovechar. En el caso de Francisco, debe apuntarse todo ese trabajo preparatorio previo, silencioso, pero tremendamente efectivo, que conocíamos bien quienes dialogábamos con frecuencia con él pero que no tenía por qué conocer el gran público.

Esa amistad con los diferentes cultos, esa predisposición para el diálogo y el encuentro, conviven, sin embargo, con la constante manifestación de convicciones muy firmes. Así, por ejemplo, al visitar el Museo de las víctimas del Terrorismo, afirmó:

“El terrorismo es un mal en el origen porque viene del odio, y en los resultados, porque no construye sino destruye. Querría que todo el mundo entendiera que el terrorismo es fundamentalmente criminal. Yo rezo por estas víctimas y por todas las víctimas del terrorismo del mundo. Por favor, no más terrorismo. El terrorismo es un camino sin fin".

Ojalá sea escuchado, en Medio Oriente pero también en la Argentina. No hay terrorismo bueno. A partir de esa premisa, puede construirse la paz.

Viernes 30 de mayo de 2014

Dr. Jorge R. Enríquez

jrenriquez2000@gmail.com

twitter: @enriquezjorge

lunes, 2 de junio de 2014

Paz.


2014

Espiritualidad.
Beneplácito: 

por la reunión entre el 

Papa Francisco 
y los presidentes de 
Palestina e Israel.

La Legislatura declaró el beneplácito por la reunión entre el Papa Francisco y los presidentes de Palestina e Israel.
La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires declaró hoy el beneplácito por la reunión entre el Papa Francisco y los presidentes de Palestina e Israel, por un proyecto de autoría de la diputada PRO y presidenta de la Comisión de Educación, Ciencia y Tecnología, Victoria Morales Gorleri.
“Luego de innumerables conversaciones truncas a lo largo de la historia estos importantes líderes se juntarán finalmente a instancias de Francisco para rezar por la paz. Tras una historia marcada por la violencia y el desencuentro es una alegría vivir este gesto que despierta en el mundo una esperanza de paz”, sostuvo Morales Gorleri.
En su reciente viaje a Tierra Santa el Papa Francisco celebró una misa en Belén frente a la Basílica de la Natividad; allí convocó al presidente de Israel, y al presidente de la Autoridad Nacional 
Shimon Peres Palestina, Mahmoud  Abbas, a un encuentro por la paz a realizarse en el Vaticano. 
"Construir la paz es difícil, pero vivir sin paz es un tormento", dijo el obispo de Roma.

Durante la reunión estarán junto al papa sus amigos argentinos, el rabino Abraham Skorka y Omar Abboud, que participaron en la reciente gira como miembros de la comitiva, marcando una verdadera novedad: nunca antes había habido un componente interreligioso en un séquito pontificio.

“El encuentro, lo aclaró varias veces la Santa Sede, no servirá para intentar mediaciones, sin embargo, la oración común por la paz tendrá de todas maneras enormes repercusiones benéficas en la región. 
Donde el proceso para negociar el nacimiento de dos Estados que se reconozcan recíprocamente en condiciones de mutua seguridad se encuentra prácticamente estancado desde hace mucho tiempo”, finalizó la legisladora.

María Julia Moyano.
Prensa Diputada Victoria Morales Gorleri.

domingo, 1 de junio de 2014

Creer . . . o no.


2014

Espiritualidad.

Jung, en su Libro Rojo, de puño y letra,  avanza mucho sobre este tema.
Se editó luego que sus nietos, entregaran a la editorial,  " Sus  Memorias."  
Memorias no divulgadas por el autor.  En sus escritos sostiene, que el Alma es una Energía Consciente,  que están concentras, en lo que el llama El Inconciente
Colectivo,  ubicado en algún punto del Universo . . .  Y asi en adelante  explíca
temas INEXPLICABLES.
Cariños.
Luis Sobrino Aranda. 

Fuente:

Artículo de Newsweek: 
EL CIELO ES REAL .
La revista Newsweek sorprendió a propios y extraños con una publicación en la que el protagonista es un prestigiado neurocirujano al cual le tocó vivir una de esas experiencias en las que la ciencia suele ser muy hermética y escéptica, una historia por demás interesante de principio a fin...

lunes, 3 de diciembre de 2012

El cielo es real.

 
 Introducción:
La famosa revista Newsweek sorprendió a muchos en su edición de Octubre 2012 con una portada y un titular impactante: "El cielo es real - La experiencia de un Doctor en el más allá". 
La revista publica un artículo escrito por un prestigioso neurocirujano estadounidense que luego de haber vivido una Experiencia Cercana a la Muerte (ECM), asegura haber visto y viajado al más allá. 
Presentamos a continuación la traducción completa de la nota de Newsweek.

"Como neurocirujano, yo no creía en el fenómeno de las experiencias cercanas a la muerte.
Hijo de un neurocirujano, crecí en un mundo científico. He seguido el camino de mi padre y me convertí en un neurocirujano académico, enseñando en Harvard Medical School y otras universidades. 
Entiendo lo que ocurre en el cerebro cuando las personas están a punto de morir, y siempre había creído que había una buena explicación científica para los viajes celestiales fuera del cuerpo, descritos por aquellos que escapaban a la muerte por poco.

El cerebro es un mecanismo sorprendentemente sofisticado pero extremadamente delicado. Si se reduce la cantidad de oxígeno que recibe, así sea la cantidad más pequeña, este reaccionará. 
No era una gran sorpresa que las personas que habían sufrido un traumatismo grave regresaran de sus experiencias con historias extrañas. 
Pero eso no significaba que habían viajado a algún lugar real.
Aunque me consideraba un creyente cristiano, era más de título que de creencia real. 
No me molestaban los que querían creer que Jesús era más que simplemente un buen hombre que había sufrido a manos del mundo. 
Simpatizaba profundamente con aquellos que querían creer que había un Dios en alguna parte ahí fuera que nos amaba incondicionalmente. 
De hecho, envidiaba a esas personas la seguridad que esas creencias sin duda les proporcionaban. 
Pero como científico, simplemente creía que era incorrecto creer en eso.
En el otoño de 2008, sin embargo, después de siete días en un estado de coma en el que se inactivó la parte humana de mi cerebro, el neocórtex, experimenté algo tan profundo que me dio una razón científica para creer en la conciencia después de la muerte.
Se cómo pronunciamientos como el mío les suenan a los escépticos, así que voy a contar mi historia con la lógica y el lenguaje del científico que soy.
Muy temprano por la mañana, hace cuatro años, me desperté con un dolor de cabeza muy intenso. 
En cuestión de horas, mi corteza entera - toda la parte del cerebro que controla el pensamiento y la emoción, y que en esencia que nos hace humanos - se había apagado. 
Los médicos del Hospital General de Lynchburg en Virginia, un hospital donde yo mismo trabajaba como neurocirujano, determinaron que de alguna manera había contraído una meningitis bacteriana muy poco frecuente que ataca sobre todo a los recién nacidos. Bacterias de e. coli habían penetrado en mi líquido cefalorraquídeo y estaban comiendo mi cerebro.
Cuando entré en la sala de emergencias aquella mañana, mis posibilidades de supervivencia en algo más que un estado vegetativo ya eran bajas. 
Pronto estas posibilidades cayeron a casi nulas. Durante siete días estuve en un coma profundo, mi cuerpo sin respuestas, mis funciones cerebrales superiores totalmente fuera de línea.
Luego, en la mañana de mi séptimo día en el hospital, mientras mis médicos consideraban si se suspendía el tratamiento, mis ojos se abrieron de golpe.
No hay una explicación científica para el hecho de que mientras mi cuerpo estaba en estado de coma, mi mente - mi conciencia, mi yo interior - estaba viva y bien. 
Mientras las neuronas de mi corteza cerebral fueron aturdidas hasta su total inactividad por las bacterias que las habían atacado, mi conciencia liberada del cerebro había viajado a una diferente y mayor dimensión del universo: una dimensión que nunca había soñado que podía existir, y que mi viejo yo previo al coma hubiera estado más que feliz explicando que se trataba de una simple imposibilidad.
Pero esa dimensión, a grandes rasgos, la misma que describen incontables personas que han vivido experiencias cercanas a la muerte u otros estados místicos, está allí. 
Existe, y lo que vi y aprendí allí me ha puesto literalmente en un mundo nuevo: un mundo en el que somos mucho más que nuestros cerebros y cuerpos, y donde la muerte no es el final de la conciencia, sino más bien un capítulo de un vasto e incalculablemente positivo viaje.
No soy la primera persona en tener evidencia de que la conciencia existe más allá del cuerpo. 
Breves y maravillosos destellos de este reino son tan antiguos como la historia humana. 
Pero hasta donde yo sé, nadie antes que yo haya viajado alguna vez a esta dimensión (a), mientras su corteza estaba completamente apagada, y (b), mientras que su cuerpo estaba bajo observación médica al minuto, como lo estuvo mi cuerpo durante los siete días completos de mi estado de coma.
Todos los argumentos principales en contra de las experiencias cercanas a la muerte sugieren que estas experiencias son el resultado de un mínimo, transitorio, o parcial mal funcionamiento de la corteza cerebral. 
Sin embargo, mi experiencia cercana a la muerte no tuvo lugar mientras mi corteza estaba funcionando mal, sino mientras estaba simplemente apagada. 
Esto se desprende claramente de la gravedad y la duración de mi meningitis, y de la complicación cortical global documentada por los escaneos TC y exámenes neurológicos. 
Según el conocimiento médico actual sobre el cerebro y la mente, no hay absolutamente ninguna manera de que yo pudiera haber experimentado ni siquiera una conciencia débil y limitada durante mi tiempo en el estado de coma, y mucho menos la odisea híper-vívida y completamente coherente que experimenté.
Me tomó meses aceptar lo que me pasó. 
No sólo la imposibilidad médica de que había estado consciente durante mi coma, pero más importante aún, las cosas que sucedieron durante ese tiempo. 
Hacia el comienzo de mi aventura, yo estaba en un lugar de nubes. 
Grandes, esponjosas, de color rosa-blanco, que se presentaron nítidamente en contraste con el profundo cielo negro-azul.
Más alto que las nubes, inconmensurablemente más alto, una multitud de seres transparentes y brillantes se movían trazando arcos por el cielo, dejando largos trazos como serpentinas detrás de ellos.
 ¿Pájaros? 
¿Ángeles? 
Estas palabras las registré más tarde, cuando estaba escribiendo mis recuerdos. 
Pero ninguna de estas palabras hace justicia a estos seres, que eran, sencillamente, diferentes a todo lo que he conocido en este planeta. 
Eran más avanzados. 
Formas superiores.
Un sonido, enorme y retumbante como un canto glorioso, descendió desde lo alto, y me pregunté si los seres alados lo estaban produciendo. 
Nuevamente, pensando en ello más tarde, se me ocurrió que la alegría de estas criaturas mientras volaban alto era tal, que tenían que emitir este sonido, y que si la alegría no salía de ellos de esta manera entonces simplemente no serían capaces de contenerla. 
El sonido era palpable y casi material, como una lluvia que se puede sentir en tu piel, pero que no te moja.
Ver y escuchar no estaban separados en este lugar donde ahora estaba. Podía escuchar la belleza visual de los cuerpos plateados de esos seres brillantes que estaban arriba, y pude ver la perfección creciente, alegre de lo que cantaban. Parecía que no se podía ver o escuchar ninguna cosa en este mundo sin volverse parte de ella, sin unirse con ello de alguna forma misteriosa. 
Una vez más, desde mi perspectiva presente, me permito sugerir que no se podría mirar “hacia” nada en ese mundo en absoluto, porque la palabra "hacia" en sí misma implica una separación que allí no existía. 
Cada cosa era distinta, pero cada cosa era también una parte de todo lo demás, al igual que los diseños ricos y entremezclados en una alfombra persa ... o en el ala de una mariposa.

Se vuelve más extraño aún. 
Durante la mayor parte de mi viaje, alguien más estaba conmigo. 
Una mujer.
Ella era joven, y me acuerdo de cómo era en detalle. Tenía los pómulos altos y ojos profundamente azules. Trenzas doradas enmarcaban su hermoso rostro. 
La primera vez que la vi, estábamos juntos cabalgando sobre una superficie con un intrincado patrón, que después de un momento me di cuenta que era el ala de una mariposa. 
De hecho, millones de mariposas estaban alrededor de nosotros, enormes y agitadas olas de ellas, que se zambullían en un bosque y volvían de nuevo a nuestro alrededor. 
Era un río de vida y color, moviéndose a través del aire. La vestimenta de la mujer era simple, como la de un campesino, pero sus colores en polvo azul, índigo y pastel de naranja-durazno tenían la misma abrumadora y súper vívida vitalidad que todo lo demás. 
Ella me miró con una mirada que, si la vieras durante cinco segundos, haría que tu vida entera hasta ese punto valiera la pena, sin importar lo que haya ocurrido en ella hasta ahora. 
No era una mirada romántica. 
No era una mirada de amistad. 
Era una mirada que de alguna manera estaba más allá de todo esto, más allá de todos los diferentes tipos de amor que tenemos aquí en la tierra. 
Era algo superior, que contenía todos estos tipos de amor en si mismo, mientras al mismo tiempo era mucho mayor que todos ellos.
Sin pronunciar una sola palabra, ella me habló. 
El mensaje me atravesó como un viento, y al instante comprendí que era cierto. 
Lo supe de la misma manera en que supe que el mundo que nos rodeaba era real, no era una fantasía pasajera e insustancial.

El mensaje tenía tres partes, y si tuviera que traducirlas al lenguaje terrenal, sería algo como esto:
"Ustedes son amados y apreciados, muchísimo y para siempre."

"No tienes nada que temer."
"No hay nada que puedas hacer el mal."

El mensaje me inundó con una inmensa y loca sensación de alivio. Era como si me hubieran entregado las reglas de un juego al que había estado jugando toda mi vida sin nunca haberlo comprendido plenamente.
"Te vamos a mostrar muchas cosas aquí", dijo la mujer, una vez más, sin llegar a utilizar estas palabras, sino transmitiéndome directamente su esencia conceptual.
"Pero eventualmente vas a regresar".
Para ello, sólo tenía una pregunta.

¿Regresar a dónde?

Un viento cálido soplaba, como los que surgen en los días más perfectos de verano, sacudiendo las hojas de los árboles y fluyendo como agua celestial. Una brisa divina. Esto cambió todo, transformando el mundo a mi alrededor en una octava incluso más alta, una vibración más alta.

A pesar de que aun tenía una pequeña función del lenguaje, al menos la idea que tenemos de él en la Tierra, sin decir palabras comencé a formular preguntas a este viento, y al ser divino que sentía que trabajaba detrás de él o dentro de él.

¿Dónde está este lugar?
¿Quién soy yo?
¿Por qué estoy aquí?


Cada vez que expresé silenciosamente una de estas preguntas, la respuestas llegaron inmediatamente, en una explosión de luz, color, amor y belleza que soplaba a través de mí como una ola rompiendo. 
Lo más importante de estas explosiones es que no callaban mis preguntas abrumándolas. 
Respondían a las preguntas, pero de una forma que pasaba el lenguaje por alto. 
Los pensamientos me entraban directamente. 
Pero no era pensamiento como lo experimentamos en la Tierra. 
No era vago, inmaterial o abstracto. 
Estos pensamientos eran sólidos e inmediatos, más calientes que el fuego y más húmedos que el agua, y mientras los recibía era capaz de comprender al instante y sin esfuerzo conceptos que me habría llevado años comprender plenamente en mi vida terrenal.

Seguí avanzando y me encontré ingresando en un inmenso vacío, completamente oscuro, infinito en tamaño, pero también infinitamente reconfortante. 
Era profundamente negro pero a la vez rebosante de luz: una luz que parecía venir de un orbe brillante que ahora sentía más cerca de mí. 
El orbe era una especie de “intérprete” entre mí y esta vasta presencia que me rodeaba. 
Era como si yo estuviera naciendo a un mundo más grande, y el propio universo era como un útero cósmico gigante y el orbe (que sentí estaba conectado de alguna manera con, o incluso era idéntico a la mujer sobre el ala de la mariposa) fue guiándome a través de él.

Más tarde, cuando volví, me encontré con una cita del Siglo XVII, del poeta cristiano Henry Vaughan, que estuvo muy cerca de describir este lugar mágico, este núcleo vasto y negro como tinta, que era el hogar de la misma Divinidad.

“Hay, dicen algunos, en Dios, una oscuridad profunda pero deslumbrante”.
Eso era exactamente: una negra oscuridad que también estaba rebosante de luz.

Sé muy bien cuan extraordinario, cuan francamente increíble, todo esto suena. Si alguien, incluso un médico, me hubiera contado una historia como ésta en los viejos tiempos, hubiera estado bastante seguro de que estaba bajo el hechizo de algún delirio. 
Pero lo que me pasó fue, lejos de ser delirante, tan real o más real que cualquier otro acontecimiento en mi vida. 
Eso incluye el día de mi boda y el nacimiento de mis dos hijos.

Lo que me pasó exige una explicación.

La física moderna nos dice que el universo es una unidad que es indivisible. 
Aunque parece que vivimos en un mundo de separación y diferencia, la física nos dice que debajo de la superficie, cada objeto y acontecimiento en el universo está completamente entretejido con todos los demás objetos y eventos. 
No hay verdadera separación.

Antes de mi experiencia de estas ideas eran abstracciones. 
Hoy son realidades. 
El universo no sólo está definido por la unidad, sino también, ahora lo sé, definido por el amor. 
El universo como lo experimenté en mi estado de coma es - he descubierto con sorpresa y alegría- el mismo sobre el cual tanto Einstein y Jesús habían hablado en sus (muy) diferentes maneras.

He pasado décadas como neurocirujano en algunas de las instituciones médicas más prestigiosas de nuestro país. 
Sé que muchos de mis compañeros se aferran, como yo en el pasado, a la teoría de que el cerebro, y en particular la corteza, genera la conciencia y de que vivimos en un universo desprovisto de cualquier tipo de emoción, y mucho menos del amor incondicional que ahora se que Dios y el universo tienen hacia nosotros. Pero esa creencia, esa teoría, ahora yace rota a nuestros pies. 
Lo que me pasó la destruyó, y tengo la intención de pasar el resto de mi vida investigando la verdadera naturaleza de la conciencia y difundiendo el hecho de que somos más, mucho más, que nuestro cerebro físico, lo más claro que pueda, tanto hacia mis colegas científicos como hacia la gente en general.

No espero que esto sea una tarea fácil, por las razones que he descrito anteriormente. 
Cuando el castillo de una vieja teoría científica comienza a mostrar líneas de falla, al principio nadie quiere prestar atención. En primer lugar, el antiguo castillo simplemente ha tomado mucho trabajo para ser construido, y si se cae, uno completamente nuevo tendrá que ser construido en su lugar.

Esto lo aprendí de primera mano después de que estuve lo suficientemente bien como para volver a salir al mundo y hablar con otras personas -personas, es decir, que no sean mi sufrida esposa, Holley, y nuestros dos hijos-, acerca de lo que me había pasado. Las miradas de incredulidad cortés, especialmente entre mis amigos médicos, pronto me hicieron ver la gran tarea que tendría para que la gente comprendiera la enormidad de lo que había visto y experimentado esa semana mientras mi cerebro estaba apagado.

Uno de los pocos lugares en los que no tuve problemas para transmitir mi historia era un lugar que antes de mi experiencia había visto bastante poco: la iglesia. 
La primera vez que entré en una iglesia después de mi coma, veía todo con ojos nuevos. 
Los colores de los vitrales me recordaron la luminosa belleza de los paisajes que había visto en el mundo de arriba. 
Las notas bajas profundas del órgano me recordaron cómo los pensamientos y emociones en ese mundo son como olas que se mueven a través de ti. 
Y, lo más importante, una pintura de Jesús partiendo el pan con sus discípulos evocó el mensaje que permanece en el corazón mismo de mi viaje: que somos amados y aceptados incondicionalmente por un Dios aun más grande e insondablemente glorioso que el que me habían enseñado de niño en la escuela dominical.

Hoy en día muchos creen que las verdades espirituales vivas de la religión han perdido su poder, y que la ciencia, no la fe, es el camino a la verdad. 
Antes de mi experiencia tenía una fuerte sospecha de que ese era el caso para mí.

Pero ahora entiendo que esta opinión es demasiado simple. 
El hecho cierto es que la imagen materialista del cuerpo y el cerebro como los productores, en lugar de los vehículos, de la conciencia humana, está condenada. En su lugar, una nueva visión de la mente y el cuerpo va a surgir, y de hecho ya está emergiendo. 
Este punto de vista es científico y espiritual en igual medida y valorará lo que los más grandes científicos de la historia siempre se han valorado por sobre todo: la verdad.

Esta nueva imagen de la realidad tomará mucho tiempo en armarse. 
No va a estar terminada en mi tiempo, o incluso, sospecho, tampoco en el tiempo de mis hijos. 
De hecho, la realidad es demasiado vasta, demasiado compleja y demasiado irreductiblemente misteriosa para que una imagen de ella alguna vez llegue a estar absolutamente completa. 
Pero, en esencia, esta imagen mostrará al universo en evolución, multidimensional, y conocido en detalle hasta cada uno de sus últimos átomos por un Dios que nos cuida mucho más profunda y apasionadamente que cualquier padre que alguna vez haya amado a su hijo.

Aun sigo siendo un doctor, y aun sigo siendo un hombre de ciencia, casi exactamente igual a como era antes de que tuviera mi experiencia. Pero en un nivel más profundo soy muy diferente a la persona que era antes, porque he podido vislumbrar esta imagen de la realidad que está surgiendo. Y puedes creerme cuando te digo que va a valer la pena cada pequeño paso de la labor que nos llevará, y a los que vienen después de nosotros, para llegar a comprenderla bien.


Dr. Eben Alexander, The Daily Beast, 08 de Octubre 2012

Fuente original: http://www.thedailybeast.com/newsweek/2012/10/07/proof-of-heaven-a-doctor-s-experience-with-the-afterlife.html
Traducción: Sebastián Alberoni
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Sin dudas, es una nota sorprendente . . .
Y aqui, nuevamente enfrentamos las dudas que nos atormentan desde el principio de nuestra vida.
" ¿Ser , o no Ser?"    Yo diría, " creer o no creer".
En definitiva, todo, o casi todo en nuestra vida pasa por una cuestión de Fe.
La nota es un desafío, yo se lo propongo, usted decide.
El Director 

martes, 29 de abril de 2014

Confraternidad



2014


Espiritualidad.



CONFRATERNIDAD ARGENTINA JUDEO 

CRISTIANA
Estimados amigos/as

Les enviamos las últimas novedades de la Conferencia Internacional del ICCJ en Buenos Aires, agosto de 2014 (19,20 y 21)

En la página web de nuestra institución "Paraguas", -www.iccj.org-, encontrarán información al respecto.

Los datos se encuentran en español.

¡Ya ha comenzado la inscripción!

Les pedimos entren a nuestro blog:

En cuanto llegue el programa traducido al 

español, lo haremos conocer
No dejen de comunicarse con nosotros por cualquier inquietud que pueda surgir,

COMISIÓN DIRECTIVA.

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Les pedimos a todos que ingresen en la página web del
ICCJ -International Council Of Christians and Jews-,
Lean atentamente los títulos: información general e inscripción.
Encontrarán en los mismos, y en español, información al respecto.
También la forma en que deberán proceder para la inscripción.
En cuanto tengamos el programa debidamente traducido, se los enviaremos y lo haremos conocer.
La inscripción ya se encuentra abierta.

TEMA
Diálogo Judeo Cristiano: compromisos y desafíos. 
Experiencias y perspectivas latinoamericanas e internacionales.

Para mayor información, no dejen de comunicarse con nosotros:
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