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jueves, 11 de julio de 2013

Misa de Envio.


     2013





 EDICOM



Equipo Diocesano de    Comunicación.
Miércoles 10 de julio de 2013.

Jornada Mundial de la Juventud.
Síntesis de la Homilía.
Misa de envío. 

Monseñor Oscar Ojea.
Cuando estuve hace dos meses en Cuba en la parroquia San José, en Olguín, tuve una reunión con cuarenta jóvenes. Trabajan y muchos han estudiado pero no pueden trabajar de lo que han estudiado. 
Es un placer hablar con ellos en todo sentido. 
Y porque no podían ir todos, ellos eligieron a Manuel desde el corazón.
Yo les digo que cuando vayan tengan los ojos bien abiertos para poder compartir con otros jóvenes que vienen de otros países, de otras culturas, porque también esta era otra de las finalidades que Juan Pablo quería, que pudieran ver la maravilla de la iglesia plural, católica, una iglesia viva, pero que contiene a jóvenes de distintos lugares, lenguas, educaciones, problemas, de modo que les deseo de todo corazón que puedan vivir esta riqueza fraterna.

Es una de las finalidades del encuentro.
Ustedes piensen que van en nombre de muchos que no pueden ir. Manuel fue elegido de entre cuarenta (en Cuba) y ustedes fueron elegidos de entre mil, dos mil, tres mil, lo que ustedes quieran, pero sepan que muchos chicos quieren ir y no pueden, que desearían ver a Francisco. 
Entonces llévenlos ustedes en el corazón, llévenlos ustedes en la oración.Ustedes saben que yo lo conozco al Papa Francisco, que lo quiero mucho y que he trabajado varios años con él, entonces le escribí una carta diciéndole que yo iba a Roma el sábado que viene y ahí le cuento que soñé que era mentira que lo habían elegido Papa.

Me contesta:

“A mí también me parece mentira que sea Papa igual que a vos cuando soñaste, pero me visitó de entrada la gracia de la paz. 
Es tanta la paz que tengo que me doy cuenta que no es propia, es un regalo de Dios. Y esto lo vivo desde el primer momento. Gracias a esta paz puedo sobrevivir. Es como si el Señor me hubiera blindado con su paz.”
Que bueno sentir esta paz, que es la paz de Jesús, que es el fruto de la paz. Es la paz que deseamos en la Misa, “que la paz esté contigo”. Aquello que sale de lo más profundo de Jesús Resucitado.

En Brasil van a tener un encuentro profundo con el Señor, un encuentro entre ustedes, un encuentro con Jesús, con su palabra, con su presencia, con su paz.

Pero después de Brasil, es el Evangelio de siempre, el Evangelio de cada día, cómo me acerco al hermano carenciado, cómo me acerco al hermano que necesita. 
Cómo hago para mirar y ver, no para mirar sin ver.

Cómo hago para sintonizar con lo que me interesa y no con el canal que se me impone, que me impone la vida, que me impone la realidad, cómo hacer para ponerme a la altura de ese camino, bajarme del caballo, bajar la soberbia, ponerme a la par, en este caso, como en evangelio del samaritano, para calmar, para curar y al mismo tiempo acompañar, no borrarse.

Toda esta proximidad, esta cercanía es la expresión de que la fe crece cuando se la da, cuando se la entrega. La fe es un camino, es una luz que ilumina un camino (Lumen Fidei). La fe se da siempre en un camino y en ese camino aparece el hermano y cuando aparece el hermano la fe se pone en acción por el amor, por la caridad.

Vivimos en un mundo globalizado, pero hemos globalizado la indiferencia. 
Vivimos la globalización de la indeferencia, es como decir la globalización del individualismo.

Pidamos al Señor que esta Misa de envío, esta experiencia maravillosa que van a vivir, este encuentro fraterno, con otros hermanos, el encuentro con el Papa Francisco, este encuentro privilegiado, pueda llenarlos de fuerza en la fe, en este año de la fe, para no permitir que se globalice en ustedes la indiferencia y para poder ser cercanos con el hermano que está en el camino, solo así dará fruto este encuentro, cuando la fe se pone en acción. 
La fe crece cuando se la entrega. 
La fe tiene que hacerse luz y tiene que hacerse vida como fruto del encuentro con esa persona única, maravillosa, el amigo de nuestra vida, el que no se borra, el que está cerca, que es Jesús.

Estemos unidos en la oración.
Le voy a pedir al Papa que les transmita toda la paz que recibimos de él.

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