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martes, 25 de octubre de 2011


Reconocimiento a Claudia Valeggia.
Ex alumnos del Instituto María Auxiliadora de San Isidro.

Fundada el 1 de noviembre de 1914, la Unión de Exalumnos y Exalumnas del Instituto María Auxiliadora de San Isidro es una asociación sin fines de lucro que tiene la misión de ser nexo de unión y continuidad entre los exalumnos, y entre ellos y el Colegio, a fin de irradiar el legado salesiano e invitar a seguir aplicándolo toda la vida.
En esta oportunidad, quieren resaltar esta noticia de esta ex alumna y compartir con la comunidad toda, los artículos que salieron en los diarios La Nación y Clarín, cubriendo la distinción Presidential Aaward que recibió del Presidente de EEUU Barak Obama como investigadora.
El Presidential Aaward para Claudia Valeggia
Importante premio científico para una antropóloga argentinaEs el más alto honor que confiere el gobierno norteamericano a jóvenes investigadores
 Una investigadora graduada como bióloga en la Universidad de Buenos Aires, pero que actualmente se dedica a la antropología, acaba de recibir uno de los más altos honores para científicos jóvenes que se otorgan en los Estados Unidos.
El presidente Barack Obama eligió a la argentina Claudia Valeggia, hoy docente de la Universidad de Pensilvania, como uno de los 94 ganadores de los Premios Presidenciales para Científicos e Ingenieros Jóvenes (Pecase, según sus siglas en inglés), el más destacado de los que confiere el gobierno norteamericano a investigadores que están en las etapas iniciales de su carrera.
"Cuando me enteré de la noticia, me quedé sin palabras -dijo Valeggia al diario de su universidad-. Tan grande es el honor y el impulso para mis investigaciones..."
La científica fue elegida por su trabajo en comunidades tobas y wichis del Chaco y Formosa, en particular sobre la interacción entre la biología y la cultura durante transiciones clave en la vida de las mujeres, como el ingreso a la pubertad y la menopausia.
Valeggia se trasladó a la Universidad de California en Davis para realizar un máster, que obtuvo en 1995, y un año más tarde se doctoró en comportamiento animal en el Centro Nacional de Primates de los Estados Unidos.
Allí, estudió la biología reproductiva y los efectos del contexto social en las interacciones entre machos y hembras en monos tití ( Callicebus moloch ).
Su profesora de entonces, la doctora Sally Mendoza, la recuerda como una "de las mejores estudiantes" que le tocó dirigir y considera que su trabajo en las mujeres de Estados Unidos y América latina y Central es "asombrosamente importante".
Durante su estadía en el Centro Nacional de Primates, Valeggia desarrolló herramientas para caracterizar la neurobiología de la monogamia en monos tití, tecnología que luego pudo aplicar a sus investigaciones en las transiciones reproductivas humanas.
Luego, Valeggia trabajó como investigadora posdoctoral en la Universidad de Harvard hasta 2005, año en que se trasladó a la Universidad de Pensilvania, donde analiza las interacciones entre la biología reproductiva y el contexto cultural: es decir, estudia cómo la biología y la cultura juegan un rol central en los patrones reproductivos de poblaciones indígenas de la Argentina y Guatemala.
Enfoque interdisciplinario.
También trabaja con mujeres de los Estados Unidos, lo que agrega un componente interdisciplinario que ofrece nuevos ángulos para interpretar los procesos reproductivos en poblaciones cuya cultura está cambiando aceleradamente.
Los 94 investigadores seleccionados para recibir el Presidential Award fueron elegidos no sólo por la calidad, sino también por la originalidad de sus trabajos y por el servicio que pueden ofrecer a la comunidad.
El año último, Valeggia ya había recibido un subsidio quinquenal de la National Science Foundation.
En la Universidad de Pensilvania ella dicta actualmente, junto con su marido, el profesor Eduardo Fernández-Duque, la materia Antropología 104, "El sexo y la naturaleza humana". La última primavera boreal fue promovida a profesora asociada y recibió un cargo permanente en esa casa de estudios.
"Mi investigación sigue un enfoque biocultural -explica la científica en la presentación de su página electrónica-: algunos de los tópicos que he explorado son los determinantes del retorno a la fertilidad posparto; la variación en los niveles hormonales reproductivos en y entre mujeres en relación con variables ambientales; los patrones de crecimiento y desarrollo en niños, y la variación en las historias de vida de hombres y mujeres de poblaciones que experimentan drásticos cambios".
Valeggia también es presidenta de la Fundación Eco, de Formosa, que vincula a "biólogos, antropólogos, arquitectos, obstetras, contadores, y estudiantes de varias carreras unidos en el deseo de mejorar la calidad de vida de las comunidades del Gran Chaco, respetando la diversidad cultural y la biodiversidad de la región". Desde esta organización sin fines de lucro, ellos promueven la educación, el desarrollo de las comunidades indígenas y la protección de los ambientes que habitan en el Gran Chaco argentino.A partir de sus estudios, Valeggia desarrolló programas educacionales para las comunidades indígenas, promovió el entrenamiento educativo y ayudó a los hospitales de la zona a determinar las elecciones alimentarias para los más chicos.
Una científica argentina será distinguida mañana en la Casa Blanca de los Estados Unidos. Es la bióloga Claudia Valeggia (46), que luego de su paso por la universidad abandonó una vida apacible en San Isidro para trabajar junto a las comunidades indígenas toba y whichí en la provincia de Formosa. Desde entonces se enfoca en cómo los factores ecológicos y culturales afectan la salud de las mujeres y los chicos de esas comunidades y produce publicaciones en revistas especializadas. Este trabajo ahora será reconocido por el presidente Barack Obama con el galardón Premios Presidenciales para Científicos e Ingenieros Jóvenes (Pecase, según sus siglas en inglés).


"Cuando empecé a conocer la situación de los indígenas lloré todos los días". . .
Desde la biología, ¿cómo se decidió a estudiar a las comunidades indígenas? 
Hace 14 años que trabajo con las comunidades toba y wichí de Formosa. En lugar de “estudiar a”, es mejor decir “estudiar con”.
¿Por qué marca la diferencia?

Porque prefiero decir que trabajo con las comunidades y no que las estudio. Sin su colaboración permanente –y su paciencia– nada de lo que he hecho habría sido posible.
¿Y qué hizo? 

Mi campo es la ecología reproductiva humana, es decir, el estudio entre la fertilidad femenina y el crecimiento de los niños y su contexto ecológico y cultural. También me interesa investigar los efectos del cambio en el estilo de vida sobre la salud de las comunidades. Por ejemplo, junto con Elena Lagranja, ahora estamos investigando cómo los cambios en la dieta y la actividad física afectan el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
¿Y qué resultados le han llamado la atención? 

Por ejemplo, la comunidad toba no tiene en su vocabulario la palabra “menopausia”. Esa etapa, que para la mayoría de las mujeres es problemática, no existe como concepto en los toba. Cuando les preguntamos sobre el tema, las mujeres nos cuentan que no sufren ningún malestar asociado a la menopausia. A esa edad se ocupan de ayudar a criar a los nietos, y no sufren los sofocos específicos. Quizás están más tristes, pero no más irritables.
¿Cómo llegó a las comunidades con las que trabaja? 

Tiene que ver con un momento muy personal. 
Me recibí de bióloga en la UBA; y después hice un doctorado en comportamiento animal en la Universidad de California en Davis; mi tesis trató sobre el ciclo reproductivo de una mona. Hasta que quedé embarazada de mi segundo hijo y eso me llevó a preguntarme si el tiempo que se le dedica a la lactancia influye en la fertilidad: cambié de rumbo hacia los humanos.
¿Cómo vive el hecho de recibir un premio en la Casa Blanca? 

Es un reconocimiento. Está ligado a un subsidio que recibí de la National Science Foundation (Fundación Nacional de Ciencia) para estudiar tres transiciones en la vida: la transición del destete, la de la pubertad y la de la menopausia de las comunidades.
Estudiar con humanos no debe ser lo mismo que estudiar monos, como lo hizo al comienzo.Es cierto. Venía de una familia de clase media alta, y cuando empecé a conocer la situación de las comunidades lloré todos los días durantes dos meses. Después pasé a la etapa de “yo soy Dios” y me dediqué sólo a ayudarlos; pero desatendí a mi propia familia. Aprendí que se puede hacer proyectos que tengan en cuenta los parámetros culturales. Por ejemplo, imponer huertas en la comunidad toba, no va.
Martín y Omar 287 / Alem 287 San Isidro-Buenos Aires-Argentina

Teléfonos: (054-11) 4743-0129 ó 4747-0467 
Colegio: 
www.imasanisidro.edu.ar 
Exalumnos: 
exalumnosimasanisidro@gmail.com

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